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«Esto se está convirtiendo en el Bronx, en menos de cien metros tenemos cinco bares en los que hay peleas y trapicheos de drogas. ... Están en manos de gente que se dedica a cualquier cosa menos a regentar un local hostelero», lamentan los vecinos de la calle Santa Eugenia de Romo, en Getxo. Denuncian que «prácticamente todos los fines de semana hay follones, trifulcas y peleas» en varios locales. Algunos de ellos no levantan la persiana hasta que el sol cae.
El último capítulo tuvo lugar en la noche del pasado sábado. No eran ni las 23.00 horas cuando uno de los hosteleros salió del bar que regenta y se puso a perseguir a dos clientes con un cuchillo en la mano. La Ertzaintza le detuvo por amenazas con arma blanca y paso a disposición judicial, pero el lunes al mediodía regresó a su local y levantó la persiana. «Nada más llegar nos tocaron el timbre muy fuerte, da igual lo que hagamos, que llamemos a la Policía, porque lo saben. Nadie hace nada», advierte a EL CORREO una vecina, que prefiere no dar su nombre por miedo a represalias.
Las criticas se dirigen al «Ayuntamiento». «Hace quince días hubo otro incidente con una pareja en el mismo bar. La pelea terminó por un lado con golpes con una muleta y por la otra con patadas en la cabeza», señalan. No es el único local que se encuentra fuera de la zona habitual de los tradicionales bares de poteo que está dando problemas. La Policía Local tiene identificados otros establecimientos que también registran problemas además de en esta calle, concretamente en General Echagüe y Amalloa. Es algo habitual su presencia a petición de los residentes por peleas. Hace unos días hicieron una inspección en uno de ellos ante la posibilidad de que hubiera sustancias estupefacientes. Había indicios, pero no se encontró nada, según explican fuentes policiales. «Es un ambiente viciado, es una zona en la que se consume mucho alcohol y otro tipo de sustancias», comentan agentes municipales.
«Uno de los bares lo precintaron hace tiempo, pero después de muchos años. Hasta veíamos desde la ventana cuando había cargamento nuevo de droga porque no paraba de entrar gente y salir, pero eran más tranquilos que la gente de ahora», comenta otra vecina. «Por la noche hay de todo, tienen muchos líos entre ellos», reconoce otro residente. En una comercio cercano afirman que sufren las repercusiones. «Dejan bebida por el suelo, latas de cerveza... Alguna vez ha habido peleas y al día siguiente había sangre por el suelo, montan cada follón de cuidado», afirma la dependienta.
Desde el Consistorio getxotarra aseguran que han intensificado la vigilancia y tienen establecida una tarea de trabajo durante la tarde y noche, con «más hincapié los fines de semana». Afirman que la labor preventiva da sus frutos, al tiempo que recuerdan que algunos bares conflictivos pertenecen a Leioa, municipio separado de Romo por la calle Amaia. La Policía leiotarra, preocupada por la situación, lleva tiempo trabajando para atajar los problemas que daban algunos de los locales de esa zona y «a día de hoy está identificado sólo uno». Los agentes han realizado en los últimos tiempos varios operativos en los que se ha detenido a personas, se han incautado sustancias y precintado los bares.
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