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Andrea Cimadevilla
Gorliz
Martes, 7 de febrero 2023, 19:17
Los sucesivos sabotajes contra los radares de Gorliz han llevado al Ayuntamiento de la localidad costera a tomar medidas de prevención para evitar nuevos ataques. La Corporación colocó en el verano de 2021 tres cinemómetros en zonas céntricas –Tribiñu, Itsasbide y Mungia Bidea– con el ... objetivo de que los vehículos no sobrepasaran los 30 kilómetros por hora marcados en el municipio.
Todos ellos se instalaron con su respectiva señalización reflectante, pero las cámaras de dos de ellos, concretamente los ubicados en Mungia Bidea y Tribiñu, se encuentran totalmente descubiertas debido a que las cajas que las protegían han sido dañadas. Recientemente se han producido una serie de «actos vandálicos en las cabinas de alojamiento de los equipos de control», según confirma el Ayuntamiento, que les obliga a contratar un servicio de mantenimiento de los medidores y certificar otra vez las cajas.
Pero evitar nuevos incidentes de este tipo, los responsables locales han optado por tomar medidas drásticas. Han sacado a licitación la ampliación del actual servicio de videovigilancia para instalar cámaras justo en los puntos donde están ubicados los radares: en el número 4 de la calle Armintza, en Tribiñu con el cruce de Ageo y en Mungia Bidea, 12.
Puntualizan que la ubicación del poste donde se fijen las cámaras deberá permitir identificar «con el mayor nivel de detalle» a las personas que puedan realizar cualquier destrozo con el propósito de ayudar a su identificación y poner fin así a los actos vandálicos. La Policía Municipal, que ha preferido no dar detalles sobre los destrozos sufridos en las últimas semanas, será la encargada de gestionar todo el sistema, que estará interconectado.
No es la primera vez que Gorliz sufre sabotajes contra sus radares. En septiembre del 2021, un mes después de que se pusieran en marcha, un individuo cortó con una rotaflex el que está ubicado en la calle Tribiñu. Fue una vecina quien alertó a la Ertzaintza de que un desconocido estaba provocando daños en un radar municipal. Por aquel entonces, Nagore Utxupi, alcaldesa jeltzale, manifestó que se trataba de un «acto de vandalismo», añadiendo que «una queja –en alusión al malestar generalizado de los vecinos por la inclusión de radares en el núcleo urbano– nunca se puede solventar de esta manera».
Asimismo, en julio de ese mismo año, un grupo de vándalos rompió de madrugada un radar situado a la entrada de Plentzia, pueblo colindante. En esta ocasión, el dispositivo apareció tumbado sobre el asfalto. A primera vista, parecía que solo le habían retirado los tornillos, aunque luego se comprobó que alguien había escrito 'Hijos de puta' sobre la caja protectora. El último episodio de vandalismo tuvo lugar en Getxo, donde personas aún sin identificar propinaron al cinemómetro ubicado en la avenida Zugazarte un fuerte golpe con un objeto contundente para romper parte del cristal.
Sin embargo, la apuesta por la seguridad vial en Gorliz es clara. Además de contratar un servicio de mantenimiento y ampliación de las zonas de videovigilancia (en la actualidad la localidad cuenta con 22 cámaras analógicas, además de los lectores de matrículas y dos servidores de grabación), tiene sobre la mesa incluir radares pedagógicos en varias calles. Igualmente, en los Presupuestos para el ejercicio de este año, la Corporación reservó una partida de más de 82.000 euros para incluir más sistemas de control en los edificios públicos.
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