IÑIGO SÁNCHEZ DE LUNA
SOPELA.
Viernes, 21 de junio 2019
Con 14 años, cualquier joven estaría encantado de vivir una aventura. Algunos tienen la oportunidad de hacerlo; y bien protegidos, junto a su aita. Así, hoy arranca el gran viaje de Beñat Basarrate, que acompañado de su padre, Aitor, y del patrón Mike Stewart, ... viajará a Cabo Verde (África) para llevar al velero 'Interim Metier' hasta el puerto francés de Sables; 5.000 kilómetros para fortalecer lazos, para disfrutar y por una buena causa.
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Según explica el progenitor, vecino de Sopela, completar ese largo recorrido les llevará en torno a tres semanas. En ese tiempo también tocarán tierra, con escalas en Canarias, Madeira, Cascais (cerca de Lisboa) y la localidad gallega de Baiona. Afrontan el viaje como un reto para que «mi hijo asuma responsabilidades y vaya aprendiendo para convertirse en un tripulante más», pero también para colaborar con la compañía Mars Gaming, que promueve proyectos solidarios y a la que vendrá muy bien un barco.
La responsable de la firma, Laura Hernández, «organizó el año pasado un viaje hasta Groenlandia con niños de aquí con diferentes problemáticas de conducta», precisa Basarrate. En esta región autónoma de Dinamarca, convivieron durante unas jornadas con otros jóvenes de allí «con problemas similares y fue un éxito». Hasta el gigante de hielo llegaron en un barco, entonces alquilado. Y querían dar continuidad al proyecto, pero ya con su propio velero.
Y es en ese punto en el que surgió la posibilidad de adquirir el 'Interim Metier', de 16 metros de eslora, casco de acero y dos palos. Cuando «participaba en la Goden Globe Race», una regata en solitario de barcos clásicos, «su patrón, Antoine Cousot, se puso enfermo y tuvo que dejar el barco abandonado». Ahora, el navío regresará a Francia, pero para albergar a otros tripulantes. «Recuperaremos el proyecto de dar la posibilidad de navegar a estos chicos no solo en verano, sino también algunos fines de semana», destaca orgulloso Basarrate. Para ello, deberán esperar a atracar en el puerto francés y que «nos den los permisos necesarios para su nuevo uso, una faceta en la que son muy exigentes».
Una iniciativa altruista con el único objetivo de «dar una alternativa diferente a estos chavales, que se sientan útiles y, por qué no, inculcarles la pasión por la mar», algo que lleva en las venas Aitor Basarrate y que ha heredado Beñat.
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