Bildu no «condena» las pintadas en las sedes de PNV y PSE en Sopela porque supone «criminalizar la libertad de expresión»

Batzokis y Casas del Pueblo en Bizkaia se han colocado en los últimos días en el centro de la diana de los ataques realizados con pintadas. El pasado jueves fueron las sedes de PNV y PSE, en Sopela, las que amanecieron con mensajes que les calificaban de 'asesinos', en referencia a la huelga de hambre y sed del preso Patxi Ruiz. Ante estos hechos, los grupos municipales firmaron conjuntamente un comunicado en el que expresaban su «máximo rechazo y condena» por lo ocurrido. Un mensaje del que se desmarcó Bildu por los términos empleados, a pesar de coincidir en parte de su contenido.

«De ninguna manera podíamos firmar esa declaración. En primer lugar, porque condena las acciones y entendemos que es un término que no podemos utilizar, significa criminalizar la libertad de expresión, a la que le seguiría una represión», se justifican. Y abundan desde la coalición soberanista que no apoyaron el escrito presentado porque «tampoco muestra las razones, ni va al fondo de la cuestión. Este es un hecho extremo y muy grave», señalan en referencia a la huelga iniciada.

Dos motivos que el partido de la oposición sí recogería horas más tarde en un comunicado que publicó a título propio. En él, sustituyeron los términos empleados en el escrito aprobado por los miembros de la Junta de portavoces por «disconformidad» para censurar las pintadas. No por su motivo, sino por las formas. Tachan que los ataques se hayan centrado en las sedes de los grupos municipales. «No estamos de acuerdo con la vía empleada, no ayudan a la normalización política ni a la convivencia», reprochan.

Es en esta lectura donde ambos escritos coinciden en su denuncia. «En democracia, y con el objetivo de lograr una convivencia y normalización política, no es admisible que edificios privados o sedes de ningún partido político sufran ataques», apunta el comunicado institucional. PNV, PSE, Elkarrekin Podemos y DB-TU respaldaron que «actuaciones como estas no tienen cabida en la sociedad actual y no hacen más que obstaculizar la convivencia».