Txema Izagirre | Terry Basterra
Domingo, 9 de abril 2023, 17:46
Los Padres Trinitarios y la alcaldesa de Getxo han alcanzado un acuerdo para que el Ayuntamiento aparque su proyecto para remodelar los terrenos que esta orden religiosa tiene en el centro de Algorta. El Consistorio guarda así en el cajón el desarrollo previsto en el ... Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para esta zona, que incluía la creación de un espacio público, un aparcamiento soterrado, una dotación sociocultural para uso de la juventud y las organizaciones sociales, además de 36 nuevos pisos, 20 de ellos de venta libre y el resto de protección oficial.
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La comunidad religiosa rechazaba la actuación diseñada por el Gobierno municipal. Hasta el punto que los párrocos de Getxo leyeron un comunicado en todas las iglesias del municipio a finales de febrero en el que pedían movilizarse contra el plan urbanístico. En esa línea pusieron en marcha una recogida de firmas que ha logrado el respaldo de casi 10.000 rúbricas.
Los Trinitarios, propietaria de estos terrenos, y el Ayuntamiento han acordado mantener abiertas las negociaciones para consensuar «las condiciones de la eventual futura renovación y rehabilitación urbana» de este espacio. Un pacto en el que también han tomado parte el Obispado de Bilbao y la Fundación Argia, que ofrece cuidados a un centenar de enfermos mentales graves en el hospital de día allí situado.
En un comunicado la orden religiosa indica que «todas las partes comparten los objetivos generales de mejora urbana en el término municipal, asegurando la continuidad de las actividades religiosas, formativas, sociales y asistenciales que la Comunidad de los Padres Trinitarios y Argia Fundazioa desarrollan en ese municipio dentro de la actual parcela».
También se recoge en el acuerdo que los responsables del Ayuntamiento se comprometen a que «cualquier actuación que se pueda realizar en la parcela se gestionará siempre bajo el liderazgo y el consentimiento de la propiedad del suelo». Esto es de la orden religiosa.
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La comunidad eclesiástica sostenía que con el desarrollo previsto por el Ayuntamiento en el PGOU las actividades parroquiales como las bodas, los bautizos o los funerales, verían seriamente afectado su normal desarrollo. También, aseguraban, habría obligado a cesar la actividad social y asistencial de la Fundación Argia en este lugar. Por todo este tipo de cuestiones la entidad religiosa rechazaba la remodelación prevista por el Consistorio getxotarra para esta zona. Temía que la Administración local declarase el proyecto de interés público y se acogiese así a la vía de la expropiación para llevarlo a cabo.
El PGOU dibujaba dividir la parcela propiedad de los Trinitarios en dos. Por un lado, el convento, la iglesia y el antiguo seminario, que no se iban a ver afectados. Por otro, los pabellones, el frontón cubierto y las demás áreas deportivas. Esta segunda ficha era la que el Consistorio preveía demoler para remodelar la zona. Finalmente todo quedará como estaba, hasta que la comunidad religiosa y el Ayuntamiento acuerden de forma conjunta la renovación de este entorno.
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