Arrancan las obras de la gasolinera de Urduliz entre las quejas de los vecinos

Con la luz verde del Ayuntamiento, la firma canaria arrancó la maquinaria –se le concedió un margen de seis meses para presentar los primeros movimientos– dos años después de presentar el proyecto en la mesa de la administración local. El plan debía superar previamente el estudio de impacto medioambiental, trámite que aprobaron desde el Gobierno vasco.

Pero las excavadoras entrando al terreno sorprendieron a los vecinos. Rápidamente preguntaron el motivo. Fue entonces cuando se enteraron que iban a construir una gasolinera. «La idea no gusta. No explotará, pero generará suciedad, ruido, tráfico y malos olores», se quejan desde la asociación de vecinos Urduliz Bizirik Auzo Elkartea, que pronto formalizará su actividad, y que anuncia que van a revisar los expedientes «para ver si existe alguna manera de paralizarlo».

Desde el Ayuntamiento son más que claros. «Si echásemos para atrás el proyecto estaríamos incurriendo en una ilegalidad», razonó Javier Bilbao, alcalde del municipio. No obstante, los vecinos insisten en que intentarán «paralizarlo» al enterarse que iban a tener una gasolinera a escasos 75 metros de sus casas.

El área no es pequeña. Se trata de un espacio de 2.570 metros cuadrados en el que no sólo habrá surtidores de combustible, también una tienda, áreas de lavado de vehículos y oficinas, además de varias plazas de aparcamiento. En el proyecto al que ha tenido acceso EL CORREO se puede ver cómo casi 400 metros cuadrados se destinarán a las cuatro isletas (en total, ocho surtidores) para recargar gasolina. Este espacio se encontrará justo enfrente de la única entrada a la estación de servicio.

Los vehículos accederán por la cuesta de Igeltzera y abandonarán la zona por la carretera que desde hace años se utiliza para salir del párking del campo de fútbol. En el interior, se habilitarán dieciséis plazas de aparcamiento (dos para personas con discapacidad) y los vehículos circularán en sentido contrario a las agujas del reloj.

El plano del proyecto dibuja cerca de 900 metros cuadrados destinados a diferentes actividades. Entre ellas, una tienda de 71 metros cuadrados. Esta se encontrará entre la marquesina de los surtidores y el área de lavado. La empresa destinará a levantar este edificio cerca de 216.000 euros, a los que se suman otros 101.000 para urbanizar un terreno libre, sobre el que ya trabajan las excavadoras. En total, invertirán 802.600 euros en dar forma al proyecto.