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TXEMA IZAGIRRE
GETXO
Viernes, 4 de noviembre 2022, 00:28
El número de lonjas juveniles ha caído en picado en Getxo. Solo quedan 14 en activo en todo el municipio, la misma cifra que, paradójicamente, había solo en la barriada del Antiguo Golf de Romo hace más de dos años. «Ahora tenemos la cuarta parte ... de las que hubo antes de la pandemia», explica Gonzalo Ayo, responsable del área de Juventud del Ayuntamiento. En pleno 'boom' de este tipo de locales se calcula que superaban los 80 en la localidad.
Con estos datos sobre la mesa, ya se habla en Getxo de un cambio de hábitos de tiempo libre entre los jóvenes, que tras la pandemia prefieren los espacios abiertos. No obstante, los expertos analizarán si lo que sucede es una tendencia que ha llegado para quedarse o si la buena meteorología ha influido en el desplome de lonjas. «Cuando tuvimos que dejar las lonjas empezamos a buscar otras formas de disfrutar y así seguimos. Han cambiado las costumbres». Asier Agirre, algorteño de 24 años, tiene claro que prefiere pasárselo bien «al aire libre», pero es consciente de que tampoco es algo que se pueda hacer en pleno invierno. «Nosotros hemos ido más a fiestas, a terrazas, también a discotecas...», reconoce por su parte Dani Gutiérrez, otro algorteño de 26 años. «Mi impresión es que los chavales más jóvenes no tienen lonjas alquiladas como teníamos nosotros con 18 años».
Un buen ejemplo de esta tendencia es que las diferentes fiestas populares del municipio han sido multitudinarias. Según fuentes policiales, la percepción ha sido que en 2022 se han vivido «los festejos con más afluencia de los últimos años». No se trata de algo específico que se haya registrado en Getxo, sino que obedece a «una tendencia general en toda Bizkaia».
Quienes todavía apuestan por disponer de lonjas tienen un perfil muy claro. Según un informe elaborado por el Ayuntamiento, son jóvenes de 23 años de media y mayoritariamente chicos –ellos suman el 85% de los usuarios–. Ellas se inclinan por divertirse en otros espacios y de forma distinta. Reseñable es también que la juventud de origen extranjero se ha incrementado de forma considerable: supone ya el 50% del total. ¿Y qué hacen en este tipo de espacios cerrados? Los utilizan mayoritariamente para socializar en cuadrilla y jugar con las consolas. El mapa elaborado por el Consistorio analiza hasta el idioma en que se comunican. En ninguno de estos espacios utilizan el euskera como lengua exclusiva. Lo más frecuente es que hablen en castellano (64%) o usen cualquiera de los dos indistintamente (36%).
El estudio recoge además que todos los locales en activo actualmente están concentrados en los barrios de Algorta y Romo. No hay ninguno en Las Arenas, Neguri y Andra Mari. Y también cuenta cómo están en el aspecto higiénico. «Las tienen limpias», según Ayo, quien incide en que «todas ellas disponen de servicios como agua, electricidad y baño, y tienen un seguro de responsabilidad civil». Hay que recordar que las restricciones sanitarias derivadas de la pandemia sobre este tipo de lonjas fueron de las que más tarde se quitaron.
Los ruidos nocturnos son las molestias más comunes causadas a los vecinos por los usuarios de estos locales. Los datos proporcionados por el Ayuntamiento indican que en 2018 recibieron 12 quejas y en lo que va de 2022 solamente un par.
Los problemas que generaban las lonjas juveniles con las comunidades de vecinos obligaron a activar en 2015 un sistema de mediación, que todavía funciona, entre residentes molestos y jóvenes para que llegasen a un arreglo. Consistía en que ambas partes hablasen y fuesen conscientes de los problemas causados para alcanzar un acuerdo y comprometerse a que no volviera a suceder. El responsable de Juventud lo considera «un instrumento útil» porque ha permitido que esas protestas no fuesen más allá, evitando la intervención de la Policía Municipal.
El Ayuntamiento ha activado, además, un programa llamado 'Gaztelonjak' que explica a los jóvenes los usos permitidos y que incluye la recopilación de imágenes de los inmuebles para incrementar la seguridad por si tuviesen que intervenir los servicios de urgencia, fundamentalmente los Bomberos. Por ejemplo, si se produjese un incendio, ya sabrían cuáles son las vías de evacuación de ese local concreto. A los usuarios de estos inmuebles se les exigen cosas como mostrar los contratos de alquiler, el seguro en vigor y disponer de extintores.
El mapa elaborado seguirá la evolución durante los próximos meses, ya que quizás la climatología tan benigna puede haber sido un factor que haya influenciado a la hora de disfrutar del ocio al aire libre.
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