«Abandonar el plan de 148 pisos permite retomar la zona verde de Tartanga»

Desde el anterior verano, aproximadamente, la empresa comenzó a dar marcha atrás, según residentes de la localidad. Dado que la infraestructura se lleva a cabo como cooperativa, no se consiguió la participación deseada. Y los vecinos conocían poco a poco la caída del desarrollo. De hecho, algunos de los afectados –en total son cerca de noventa familias– recibieron en 2023 la devolución de la señal económica que habían dado para vivir en las edificaciones, explica una de las interesadas.

La promoción de 70 viviendas de protección oficial de iniciativa privada y otras 78 tasadas municipales es foco de críticas vecinales y se ha intentado paralizar desde sus inicios. Algunos consideran que su puesta en marcha en ese lugar provoca «la pérdida del único pulmón» de Erandio. Los terrenos comprados hace 29 años por el Ayuntamiento y cedidos para urbanizaciones, motivó la creación en 2017 de una asociación, Tartanga Berdea.

El colectivo pugna por anular la recalificación del suelo como zona residencial y volver a la de espacio verde. «Con la suspensión de las obras, se presenta ahora una buena oportunidad para dejar de paliar varios problemas del municipio –como la falta de aparcamientos o de vivienda– en esa área y proceder a su mejoría y mantenimiento como lugar de esparcimiento», asegura Pablo Santamaría, miembro de Tartanga Berdea.

La Asociación de Vecinos de la localidad también considera que «la mejor noticia sería que esas parcelas vuelvan a titularidad pública y desarrollar en ellos lo que estaba previsto en las Normas Subsidiarias: espacios libres y deportivos». Portavoces del grupo indican que esta situación es «una secuencia de errores consecuencia de una desafortunada gestión».

Aunque las agrupaciones «celebran» la paralización del proyecto, también expresan su solidaridad con los afectados. Pero insisten en que el problema de acceso a viviendas en la localidad se podría trasladar a otros solares abandonados, que también tienen un pasado industrial para hacerle frente.

Precisamente, las familias que ya habían planeado su vida en los nuevos pisos –principalmente los de protección pública– son las que ahora han quedado en el aire. A pesar de que su dinero será reintegrado –a algunos ya les ha sido reembolsado– «este proceso no devuelve las expectativas que nos habíamos hecho», asegura uno de los perjudicados. Mientras se avanza en la búsqueda de una solución, los que preveían vivir allí seguirán a la espera, ya que han superado el sorteo por lo que habrá que ver qué sucede con su plaza asignada. El abandono por parte de la gestora Jaureguizar no significa la cancelación definitiva de la promoción.