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Virginia Urieta
Miércoles, 24 de mayo 2017, 23:50
'Tarco', un pointer de año y medio con gesto leal y elegante, todavía no ha conseguido una familia, pero su aspecto formal y un cariño innato que le lleva a acercarse a todo el que le mira en busca de una caricia conquistaron ayer ... a Cristóbal, vecino de Sopela, que recordaba que tuvo uno igual en casa. «He venido a verle a él. Son perros formales, buenos, y hacen mucha compañía. Si no tuviera otra perra me lo llevaba», lamentaba, mientras le acariciaba el hocico. Le hicieron compañía 'Alai', 'Mirko', 'Nube' o 'Pinto', entre otros, en una plaza del Ayuntamiento de Sopela que se convirtió durante la mañana de ayer en un improvisado centro de adopción. La empresa Zaunk, que colabora con el Consistorio y se encarga de la recogida de animales abandonados, llevó allí a siete cachorros y cuatro canes que necesitan ser acogidos por una familia mediante la campaña No compres, ¡adopta! que se celebra por primera vez en el municipio con el objetivo de concienciar a los vecinos y conseguir una segunda oportunidad para todas esas mascotas que carecen de un hogar.
Desde pitbulls y mestizos de pastor vasco y mastín hasta un setter o un bretón, los canes seguirán buscando hoy quien los adopte de 10.00 a 14.00 horas y mañana por la tarde, de 16.00 a 20.00 horas. «Es necesario que la gente se conciencie, sabemos que hay perros abandonados pero hasta que no los tenemos delante», lamentaba Marco Díez, de la empresa Zaunk, que además de recoger animales imparte cursos de educación canina, modificación de conducta y auxiliar de veterinaria, entre otros. En sus instalaciones de Iurreta más de cien perros necesitan una familia. «Hay muchas personas que no son responsables pero el perjudicado siempre es el animal. Habría que endurecer las leyes por maltrato y abandono y elaborar una buena legislación e investigar cada caso, además cada dueño debe educar bien a su perro. Es cosa de todos», señalaba.
Con chip y vacuna
A la una de la tarde dos cachorros ya habían conseguido un nuevo hogar, aunque los que se animaron tendrán que esperar hasta mañana para tenerlos en su casa, una vez registrados todos los datos, implantados los pertinentes chips en los animales y puestas las vacunas de rigor. «A mí me encantan los animales y hay que adoptar, pero ya con uno Es mucha responsabilidad», decía Josebe Fernández. Iba junto a Pepo, un enorme labrador, y por eso, no le buscaba hermanito. Los vecinos valoraron la iniciativa municipal. «Es una idea muy buena porque a mí no se me hubiera ocurrido ir a una perrera, y aquí es más fácil encapricharte con algun animalito», explicó Juan Cruz. Andrea Cinos y Ane Peralta, vecinas de Algorta, se decantaron por un cachorro de pastor vasco negro e inquieto. «Queríamos adoptar un cachorro, nos encantan los perros porque dan mucho cariño, siempre están ahí y hacen mucha compañía. Veníamos pensando en el pitbull pero nos hemos enamorado, así que nos lo llevamos», señalaron entusiasmadas.
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