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El concejal Arrizen Monasterio descubre la placa, entre las calles Obieta y Jado.
«Erandio no debe caer en la desmemoria»

«Erandio no debe caer en la desmemoria»

El Ayuntamiento descubre una placa en homenaje a los 31 vecinos muertos por los bombardeos de 1937 y a los que fallecieron durante la Guerra Civil

IÑIGO SÁNCHEZ DE LUNA

Miércoles, 26 de abril 2017, 00:05

Aunque son más recordados los ataques de la Legión Condor alemana que se cebaron con Gernika, Bilbao o Durango hace justo 80 años, la tenebrosa estampa de los aviones Heinkel y Junkers también se recortó durante varios días sobre el cielo de Erandio en 1937, dejando un rastro de sangre y tragedia. Los bombardeos mataron a 31 vecinos de la localidad e hirieron a otros 69. Estos vuelos de la muerte, que se prolongaron desde enero hasta junio, fueron especialmente cruentos entre el 22 y el 26 de abril, motivo por el que el Ayuntamiento de Erandio quiso ayer hacer memoria y recuperar, con un gesto lleno de simbolismo, este dramático episodio de la historia del municipio desconocido por muchos vecinos. Por eso, organizó un emotivo acto institucional con la colocación de una placa conmemorativa en un edificio de la calle Ibarra, dedicado «a las víctimas de los bombardeos en Erandio y la Guerra Civil».

El Consistorio quiso así también acordarse de quienes fallecieron en combate. Hubo, en total, entre 87 y 111 víctimas durante la contienda, incluidas las que murieron por culpa de las bombas que se lanzaron hace justo ocho décadas.

Se lanzaron sobre la mayoría de los barrios, aunque «posiblemente el más afectado fuese el de Altzaga, sobre todo las calles Ibarra, Urioste, Jado, Obieta y San Vicente o lo que hoy en día es San Inazio» recuerda la concejala jeltzale Egokiñe Angulo, encargada de recopilar la escasa información existente sobre estas negras jornadas. Las principales causas de este castigo sobre la población civil en la zona urbana fueron la estratégica situación de Erandio dentro del perímetro del Gran Bilbao, frente a la principal zona fabril de Bizkaia, y con importantes factorías también dentro del municipio. También influyó el tipo de población residente en Altzaga, un barrio de trabajadores decantados en su mayoría por las fuerzas nacionalistas y republicanas. También los vecinos de la zona rural desde Astrabudua hasta Asua sufrieron los bombardeos, pero estando la población más dispersa, se dificultaba la efectividad de las bombas a la hora de segar vidas. «No obstante, entre la documentación también encontramos que algunas bombas cayeron en diferentes fincas y huertas», explicó.

El homenaje contó con la presencia de todos los partidos políticos con representación en el Consistorio, a excepción de la concejala del PP, y concluyó con la lectura de una declaración oficial y un aurresku de honor en recuerdo de todos los fallecidos y heridos.

Clara y María Urrutia

El lugar elegido para la colocación de la placa, en un edificio que hace esquina entre las calles Ibarra y Jado , no fue al azar. En ese punto cayó una de las cargas mortíferas que «afectaron a las hermanas Clara y María Urrutia», dos de las víctimas de la siniestra cuadrilla aérea nazi. El acto no contó con la presencia de los 74 vecinos siperviventes localizados por el Ayuntamiento que contaban con al menos diez años durante los bombardeos, pero sí que asistieron los integrantes de la plataforma vasca contra los crímenes del franquismo, que desplegaron sus pancartas pidiendo reparación y justicia. El alcalde en funciones, Arrizen Monasterio, recordó durante el acto que «Erandio no debe caer en la historia de la desmemoria, sino guardar un sitio en la memoria colectiva a quienes sufrieron aquellos hechos y a quienes vinieron después y los oyeron relatar».

Por este motivo catalogó el homenaje como «un acto de justicia y de dignidad colectiva que sirve para cohesionarnos como sociedad, haciendo nuestro el dolor causado a las víctimas de aquellos bombardeos».

Los actos en recuerdo de este funesto aniversario continuarán con el envío de cartas a 22 comunidades de vecinos solicitando el permiso para la retirada de placas del antiguo Instituto de la Vivienda franquista. También se recogerán de forma audiovisual los testimonios de los supervivientes, con la idea de mantener vivos sus recuerdos. Por su parte, el Centro Cultural Josu Murueta de Astrabudua acogerá entre el 22 de mayo y el 9 de junio la exposición ¡Nunca más!, con el objetivo de sensibilizar a la ciudadanía a no incurrir en aquellos errores que acarrearon tan trágico desenlace. El 25 de mayo y el 8 de junio, miembros de la Fundación Sabino Arana y de la Sociedad de Ciencias Aranzadi impartirán sendas conferencias en Josu Murueta, en un horario aún por determinar.

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