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Virginia Urieta
Martes, 18 de octubre 2016, 12:46
Aunque poco a poco va recuperándose del susto y de los picotazos, la vecina de Lezama Nelly Romero tardará en olvidar el suceso que vivió junto a su familia el domingo en pleno monte, después de que un enjambre de avispas autóctonas la tomara con ... ellos y con el grupo de montaña con el que realizaban su particular excursión dominical. Pero no quiere, ni mucho menos, crear alarma, y asume que fue un hecho «aislado, que no suele ser habitual. Fue algo fortuito y felizmente sin apenas repercusiones, ninguna que haya que lamentar, más que el susto. No estamos pensando en denunciar nada, ni mucho menos: en el monte puede pasar cualquier cosa», explicaba ayer a éste periódico.
La del domingo era la primera salida del grupo, que inauguraba la temporada, gracias al acuerdo que tiene la escuela con el club de montaña y que permite a sus miembros disfrutar de estas excuriones todos los terceros domingos de mes. «Nos tocaba además esta ruta para conocer los alrededores de nuestro propio municipio, así que nos juntamos unas cuantas personas». Tuvieron la mala suerte de pasar justo al lado de un enorme enjambre de avispas. «Éramos tantos que debieron de alterarse y fue entonces cuando, de repente, comenzaron a atacar a todo el mundo. Aunque como éramos numerosos hicimos la marcha en grupos dispersos, por lo que los que pasaron primero se libraron y los que iban por detrás pudieron retroceder», relata Romero.
Sus dos hijos mayores iban por delante aunque ella, su marido y su hijo pequeño caminaban precisamente en el grupo intermedio, el que sufrió el ataque. «De repente un padre nos avisó de que echáramos a correr, pero las avispas ya se nos habían echado encima. Las vimos tan grandes que pensamos que eran asiáticas, aunque en ese momento no te da tiempo a pensar gran cosa. Eran muy agresivas afirma-. Fue un caos, primero porque no sabes a ciencia cierta donde están tus hijos. Todos los padres se abalanzaron para proteger a los suyos y recibieron varios picotazos. Fueron momentos de nervios, un poco angustiosos, pero luego vimos que todo estaba controlado y quedó sólo en un susto».
Sufrieron varios picotazos aunque tal y como avanzaba ayer, ella y su familia van poco a poco recuperándose fueron trasladados a Cruces, otros a Basurto «para evitar aglomeraciones, ya que era domingo y los centros de salud estaban cerrados»-, aunque no quiere generar pánico. «Es cierto que pasas miedo pero nunca nos había sucedido nada similar, y llevamos cuatro años yendo al monte. Está bien ser consciente de que pueda pasar, y puede servir para estar más preparados, llevando antiestamínicos o algún medicamento en la mochila De todo se aprende», valora la vecina, que ha agradecido también la rapidez con la que aparecieron los servicios de urgencia y con la que fueron atendidos todos los afectados. «Eso da tranquilidad». Fue uno de los miembros del club de montaña el que, tal y como cuenta esta vecina de Lezama, pudo llamar al 112 y quedar con ellos en un sitio concreto para que les atendieran y realizaran in situ una primera valoración. «Tuvimos suerte de que sucediera cerca de una zona urbana, de que nadie fuera alérgico Aunque no es lo habitual», reitera. Los afectados fueron dados de alta el mismo domingo, y los bomberos retiraron ayer el enjambre problemático.
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