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Lunes, 22 de septiembre 2014, 01:21
Se suele decir que los gatos tienen siete vidas pero está visto que los perros también tienen unas cuantas de más. Y si no que se lo pregunten al dueño de un can que este domingo resbaló y se despeñó por el acantilado de Punta Galea, en Getxo, sobre las 20.00 horas. Lo más lógico es que el pobre animal hubiera terminado su existencia al fondo del precipicio. Pero no. El mejor amigo del hombre todavía respiraba y los bomberos de Artaza lograron rescatarlo y devolverlo a su amo con bastantes magulladuras. Eso sí, necesitaron descolgarse con cuerdas por una parte del acantilado y después darse una buena caminata entre las rocas hasta hallar al chucho accidentado.
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Como consecuencia de sus heridas, el animal tuvo que ser trasladado por los propios bomberos con urgencia a una clínica veterinaria en Erandio, donde fue operado. Lo mínimo que le podía haber pasado tras semejante caída libre. Está claro que los perros, aparte de más de una vida, también cuentan con su propio ángel de la guarda.
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