Manex, el primer niño vasco

de 2023

«Ha sido todo muy rápido. Estábamos en casa a las 21.30 horas, a las diez llegamos al hospital y a la una ya estábamos abandonando el paritorio. Ni cena, ni Nochevieja ni nada. Teníamos pensado pasar la noche con la familia, pero hemos tenido que cambiar los planes», reconocía a primera hora de este domingo el aita de Manex. Y es que el pequeño retoño se ha adelantado unos días. La pareja salía de cuentas el día dos. «No nos lo imaginábamos, al ser primerizos... Esto solo puede ser señal de que este 2023 va a ser un buen año. Ya tenemos una anécdota más que contar», aseguraba entre risas Unai, al que la paternidad en estas primeras horas del recién estrenado año ha alterado el cambio de calendario.

«Iba a ir a Anoeta a ver el partido de la Real contra a Osasuna, pero cuando me levanté por la mañana ya le noté a Miren un poco rara, así que al final me tuve que quedar en casa por si acaso y verlo por la televisión. Y menos mal, porque mira al final lo que ha pasado», bromeaba el aita de Manex. Aunque el parto ha sido breve, la ama y el pequeño se encuentran bien y descansando en el hospital donostiarra, donde permanecerán unos días antes de regresar a su casa.

El primer niño vizcaíno, y el segundo en abrir los ojos en Euskadi este año, mientras, ha nacido a la una y media de la mañana en el hospital de Cruces, aunque sus padres han preferido mantener sus datos en secreto. En la sección de maternidad del principal hospital vizcaíno han nacido otros cuatro niños hasta primera hora de la mañana, de los cuales solo una era una chica. El siguiente parto ha sido el de un bebé de una familia china asentada en Bizkaia. En el centro hospitalario de Basurto, mientras, no se ha producido ningún nacimiento hasta las 8.47 horas.

En Álava, Hurain Mudassar ha sido la primera niña que ha nacido este año tras un parto de varias horas en Txagorritxu. Fariba y Mudaffar han podido abrazar a su segunda hija a las 8.56 horas. La niña, cuyo nacimiento estaba previsto para hoy, pesó 3,18 kilos y y descansa junto a sus padres, dos paquistaníes residentes en Vitoria. Mudaffar acumulaba «más de 24 horas sin dormir y casi sin comer» porque trabajó durante la Nochevieja hasta las 1.00 horas en el kebab que regenta en Eulogio Serdán. Poco después de llegar a casa, tuvieron que salir pitando al hospital. La niña ha sido todo un regalo de cumpleaños para su aita, que ayer sopló 38 velas.