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Miércoles, 2 de febrero 2022, 18:42

Parecía un mediodía corriente a los pies del coloso diseñado por César Pelli. De la boca del rascacielos de la Plaza Euskadi emergían constantemente oficinistas con prisa, solos y en grupo, muchos cargados con el portátil en una mochila. «Solo hemos venido a recoger el ... ordenador para teletrabajar», explicaron dos trabajadores de mediana edad. Otro joven detalló que su jefe les había ordenado currar desde casa, aunque solo hasta que finalizasen la jornada. Algunos, sine mbargo, aseguraron que ambos días acudieron a la oficina con normalidad, ya que no todas las empresas asentadas en la torre vieron sus sistemas afectados ni obligaron al plantel a desalojar las oficinas.

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