«Hemos madrugado un montón para nada»

Pero el malestar no solo está en Loiu. También en Barcelona hay un buen número de vizcaínos que se han quedado tirados ya que dos vuelos de Vueling procedentes de la ciudad condal se han dado la vuelta y han regresado a El Prat. Allí también se ha dirigido el que venía de Málaga. En el aeropuerto catalán, se les ha dado un bono de comida y se les está haciendo esperar para darles una solución.

Mikel Gómez es uno de estos pasajeros. Viajaba en el vuelo VY1422. Tenía que haber llegado a Loiu sobre las diez de la mañana. «No tenemos apenas información», lamenta. «Y nos dicen que no hay sitio para todos y que vayamos dentro de 40 minutos a un mostrador», añade.

Catorce amigos de Erandio nacidos en 1971 y formados en los Maristas se han quedado sin poder volar por ahora a Madrid. La cuadrilla, que cada dos años se reúne para hacer un viaje, tenían que haber volado a primera hora a Barajas para enlazar allí con otro vuelo a Oporto, donde pasarán el fin de semana de reencuentro. Se han tomado la cancelación con buen humor, «dentro del trastorno que supone». Air Europa ha dispuesto otro vuelo que esperan que salga en breve. Durante la espera se han dirigido al hogar del jubilado de Loiu, donde han degustado «una exquisita tortilla de patata».

Los que también se han visto afectados son una treintena de jubilados malagueños. Regresaban a casa después de pasar 5 días en Euskadi. Han estado alojados en Areatza. «Hemos madrugado un montón para nada. Eso es lo único malo, porque el viaje ha sido maravilloso. Estamos muy contentos pese a todo», comentaban mientras esperaban una solución por parte de Vueling.