Jóvenes de Getxo confinadas en Palma: «Nos han confinado pese a no haber tenido contacto con nadie»

Las estudiantes, ocho de ellas pertenecientes al colegio Claret Askartza de Leioa y la otra al Instituto Botikazar de Deusto, lamentan que nadie del Gobierno balear «se haya interesado» por ellas y dudan si podrán regresar este miércoles a Loiu, como tenían previsto. «Veremos si nos dejan salir y tenemos que pasar aquí la cuarentena», reprochan.

Las estudiantes aterrizaron en la capital palmesana el viernes a las 12.40 horas y se alojaron en el Luna Park, en el corazón de El Arenal, la zona más turística de Mallorca. «Cuando llegamos advertimos una gran presencia policial y helicópteros de la Guardia Civil sobrevolando la zona. Entendíamos que las medidas eran necesarias para controlar el 'macrobrote', ya que los botellones se habían disparado», asegura Ayala Díez, una de las chavalas del grupo, que concertó el viaje con la agencia 'Tu fin de curso'.

Ese día lo pasaron entero en la piscina del hotel y a la noche salieron a dar una vuelta «y pasar un rato», pero «solo» por las inmediaciones del establecimiento. «Nos quedamos en la acera sentadas en un bordillo. ¡Todas con las mascarillas puestas y sin coincidir con nadie en ningún momento!», insisten.

Al día siguiente fueron a una playa cercana y a un parque acuático, pero, a las siete de la tarde, ya estaban de vuelta en el hotel, donde permanecieron recluidas ya todo el domingo. «Nos lo pasamos entero en la piscina. Ese mismo día ya nos querían haber llevado al Palma Bellver», afirman. «La Guardia Civil nos quería trasladar al 'hotel-covid' solo porque habíamos contratado el viaje con la agencia de marras. A otra gente que vino por su cuenta no la llamaron para nada», protestan.

El lunes, a última hora de la tarde, las jóvenes vizcaínas continuaban a la espera de que les realizasen las pruebas de antígenos o una PCR. «Ni siquiera se han dignado en informarnos de cuándo nos las piensan hacer, por lo que no sabemos cuánto tiempo vamos a estar aquí dentro. Están trabajando con un protocolo que sigue contar con la aprobación del juez», cuestionan.

Las estudiantes, alojadas en cuatro habitaciones, se quejan también de que les sirvieron la comida a las cuatro y media de la tarde, pero «eso no fue lo peor. En el hotel nos dicen que llamásemos a recepción para todo lo que necesitásemos, pero la consejería de Sanidad ni siquiera se ha puesto en contacto con los padres de las menores y tampoco sabemos si nos van a devolver el dinero del viaje», censura Ayala Díez. «Estamos encerradas», se quejan.

Las jóvenes, que en su mayoría arrancarán el próximo curso estudios de Medicina, aseguran que al recluirlas en un «hotel-covid» corren el riesgo de «contagiarse, ya que el local «es en sí mismo un foco de contagio». Las afectadas han instado tanto a las autoridades locales como al Gobierno vasco «una solución para el «infierno» que están sufriendo «por una gestión nefasta ajena a nosotras», concluyen.

estudiantes de Getxo, tres de ellas menores de edad, han denunciado que la Guardia Civil las ha confinado en un hotel de Palma de Mallorca, «del que no podemos salir bajo ningún concepto», a pesar de que no han mantenido contacto «con ningún positivo por covid ni con ninguna otra persona» desde que llegaron a la isla el pasado viernes, día 25. «Hemos estado siempre juntas y no hemos tenido relación con nadie fuera de nuestro grupo», cuentan las alumnas, a las que esta mañana las han trasladado en dos ambulancias al hotel Palma Bellver, donde han alojado también a los jóvenes que han dado positivo. Las alumnas vizcaínas, del Askartza Claret de Leioa y del Instituto Botikazar de Deusto, lamentan que nadie del Gobierno balear se haya interesado por ellas y dudan de si podrán volar el día 30 a Loiu.

Las estudiantes aterrizaron en la capital palmesana el viernes a las 12.40 horas y se alojaron en el hotel Luna Park, en el corazón del Arenal. «Cuando llegamos vimos una gran presencia policial y helicópteros de la Guardia Civil sobrevolando la zona, pero entendíamos que las medidas eran necesarias para controlar el macrobrote porque los botellones se habían disparado», asegura Alaia Díez, una de las componentes del grupo, que concertó el viaje con la agencia 'Tu fin de curso'.

Ese día lo pasaron en la piscina del hotel y a la noche salieron a dar una vuelta por las inmediaciones del establecimiento. «Salimos con mascarillas y nos quedamos en las aceras pegadas al hotel, sentadas en un bordillo. ¡Y todas con mascarillas y sin coincidir con nadie!», insisten.

El sábado fueron por la mañana a una playa cercana y responsables del hotel les acercaron a un parque acuático de la zona, pero a las siete de la tarde ya estaban de vuelta en sus habitaciones, donde permanecieron recluidas todo el domingo. «Solo porque habíamos contratado el viaje con la agencia de marras», protestan. Lo han abandonado hoy a las nueve de la mañana, al trasladarlas al Bellver, donde permanecen a la espera de que les realicen pruebas de antígenos o una PCR.

«Nos sirven comida de hospital y en el hotel nos han dicho que para todo lo que necesitemos llamemos a recepción, pero la consejería de Salud no nos dice nada. Ni siquiera se han puesto en contacto con los padres de las menores. Nadie nos llama para nada», afirma Alaia, que precisa que las nueve amigas permanecen alojadas en cuatro habitaciones. «Estamos encerradas», se quejan. Las jóvenes lamentan que al recluirlas en un hotel covid corren el riesgo de «contagiarse, ya que el hotel es en sí mismo un foco de contagio».

Lourdes Epelde, madre de una de las afectadas, también está indignada con lo que está ocurriendo. «Ni han estado ni el concierto, ni en el botellón, ni en la fiesta ni en nada, no ha habido tiempo (a contagiarse)», enfatiza. También denuncia que la agencia que organizaba el viaje les dio todo tipo de garantías. «Nos dijeron que ni nos preocupásemos, que eso iba a estar controladísimo», ha precisado.

Epelde asegura que la autoridades «no saben darnos explicaciones» sobre las razones de este confinamiento general a su hija y sus amigas, y que la Guardia Civil «lo único» que tienen orden es de mantener confinados a todos estos jóvenes. Tampoco entiende su traslado al hotel covid. «¿Pero cómo le voy a llevar a una niña, que no tiene covid, a un hotel que tiene covid, con toda la gente con covid?», se queja.

Las jóvenes, ha aclarado esta mujer, están «angustiadas y enfadadas» porque dicen que no han hecho nada. «Me pongo en la tesitura de que somos nosotros, adultos, los que hemos ido a Mallorca. Te dicen: ¡Te confinamos!. Pero si acabamos de llegar... Creo no se puede hacer legalmente, creo que ha habido un abuso por ser estudiantes, por ser unas crías, creo que si llegamos a ser nosotros la cosa cambia. Es mi sensación, han cogido a todos en un bote y ¡hala!. Creo que no se puede hacer eso», sostiene.