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El Ayuntamiento de Bilbao, en su junta de gobierno de ayer, ha dado el paso definitivo para retirar al fin el derrumbe que desde diciembre de 2021 bloquea el bidegorri situado junto a la ría y que discurre entre Olabeaga y Zorroza. Lo que ha ... hecho es aprobar el proyecto para contratar las obras de estabilización del talud.
El asunto es llamativo no por tener una relevancia vital (en la práctica, el paso es posible por la zona peatonal) ni por su coste económico, sino por el tiempo que se ha demorado una solución aparentemente sencilla. Que se haya prolongado durante más de dos años tiene su explicación en una cuestión competencial, ya que la parcela donde actuar no era municipal, sino del Puerto (que ya cedió su titularidad) y la zona desde donde se desprendió la tierra está afectada por el tránsito ferroviario. «Con este proyecto se ha buscado dar con la definición constructiva más adecuada para solucionar el desprendimiento del talud que salva el desnivel existente entre la plataforma ferroviaria de Adif y el paseo y bidegorri que transcurren paralelos a la ría», informaron fuentes municipales.
Las obras, que afectan a un área de 220 metros cuadrados y cuentan con un presupuesto de 376.960 euros (IVA incluido), «saldrán a licitación en los próximos días». Está previsto que, una vez que se adjudiquen e inicien, culminen en un plazo de dos meses.
Previamente se han solicitado informes a distintas ingenierías en base «al análisis de la empresa especialista en geotecnia Ikerlur». De su estudio se concluye «que el talud presenta una rotura superficial que es lo que ha ocasionado el desprendimiento sobre el bidegorri». Ese mismo evento provocó el derrumbe del muro de mampostería existente «que se encontraba en el límite entre el pie del talud y el paseo de Olabeaga».
Con esa historia detrás, lo que se ha decidido es «la ejecución de un nuevo elemento de protección y consolidación de la superficie del talud», lo que «será suficiente para garantizar la estabilización del mismo». Las obras se iniciarán con el desbroce de la zona, sin quitar tierras para no afectar a la vía del tren.
La solución consistirá en «una piel de escollera con un espesor no inferior a un metro». A continuación se repondrá el muro de mampostería.
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