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Iraitz Casillas Muñoz
Jueves, 4 de enero 2024, 01:03
«Hay mucha afluencia de clientes desde el sorteo de El Gordo». Sergio Etxebarria, gerente de Lotería Ormaechea, reconoce que el trabajo no pierde intensidad estos días. A dos jornadas de que se celebre el sorteo de El Niño, las colas se suceden a las puertas de muchas administraciones en busca del número que les otorgue el gran premio. En este despacho mantienen abiertas las cinco ventanillas. No dan abasto. «Este año tendremos un incremento de entre el 3 y el 5% en las ventas. Estamos a la espera de los boletos de la hostelería», advierte Etxebarria.
En este sentido, confiesa una particularidad que le ha llamado la atención estas últimas semanas. Hay más gente de lo habitual, asegura, comprando lotería teniendo en cuenta «los pocos premios» que han caído en Bilbao con El Gordo. «Otros años la gente se queda más triste y, tras el sorteo de diciembre, ya no suelen comprar». Pero este año varios factores han contribuido a que sea diferente, según explica Etxebarria. «Tiene mucho que ver con cómo se han distribuido las festividades y que el buen clima ha favorecido a que vengan a comprar muchos más», insiste. Además, añade que los jugadores buscan segundas oportunidades, «y en Bizkaia suele tocar en Reyes».
En esta campaña aún no ha habido ninguna predicción, y teniendo en cuenta que ni los videntes ni la inteligencia artificial acertaron mucho con El Gordo, los compradores «buscan más terminaciones afines a la lotería, como el 13, los números impares, el 15, el 17...». A los que Cristina García, gerente de la Lotería Azcarreta, añade el 5, el 7 y «los que terminan por 6, por el día en el que se celebra el sorteo».
«Siempre pido alguna fecha importante, pero no suelo tener suerte», comenta Zuriñe Fernandez, a la espera de comprar un décimo. En las colas los hay que tienen un número de toda la vida, y quienes prefieren improvisar. «Este año voy al que me den», señala Roberto Morales. «Mi madre me ha pedido que coja el que más me guste, a ver si así tiene más suerte conmigo», bromea Hector Martínez.
La gerente de Lotería Azcarreta, recalca que el clima ha sido esencial, pero que en su caso también ha influido la localización: «Estamos en un lugar privilegiado, en el Casco Viejo y enfrente del Teatro Arriaga. Nosotros siempre solemos vender a muchas personas porque nos conocen de toda la vida». Tanto García como Etxebarria notan que los compradores están contentos: «El optimismo se contagia y están todos muy animados, y eso hace que nosotros también trabajemos bien y con mucha ilusión».
Sergio Etxebarria considera que la mayor diferencia entre el Sorteo Extraordinario de Navidad y la Lotería del Niño son sus jugadores: «El de El Gordo es más por necesidad, mientras que en la del Niño el perfil es más el de aficionado a la lotería».
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