Las previsiones tanto del INE como del Gobierno vasco es que la población extranjera siga aumentando en los próximos años. luis ángel gómez

La llegada de casi 3.800 extranjeros en 2022 permite a Bilbao volver a ganar población

39.000 vecinos venidos de otros países compensan la caída imparable de los autóctonos, con el doble de muertes que de nacimientos

Jueves, 5 de enero 2023, 01:09

Hace un par de meses el Instituto Nacional de Estadística (INE), en esas proyecciones que hace de vez en cuando y que son medio ciencia y medio adivinación, advertía de que Bizkaia, pese a la tormenta demográfica que ya arrecia, iba a lograr mantener población ... en los próximos quince años gracias a que se iban a duplicar los extranjeros. Pues en eso estamos y el caso de Bilbao es revelador: durante 2022, según datos provisionales del padrón facilitados por el Ayuntamiento, la ciudad logró contener el declive y no perder vecinos por primera vez en lo que va de década. Es más, sumó casi 1.700 habitantes, hasta superar los 348.000. Eso ocurre pese a que hay el doble de muertes que de nacimientos, fenómeno dramático y conocido. Es, claro, por la llegada de inmigrantes. Tras dos años pandémicos con los flujos migratorios casi paralizados, el pasado ejercicio se reactivó el movimiento y la ciudad sumó 3.786 empadronados de nacionalidad no española, hasta superar holgadamente los 39.000. De no ser por ellos, habríamos perdido dos mil habitantes.

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Como cada vez que hacemos este análisis en el arranque de año, lo primero es insistir en que estos datos son provisionales y no serán los que se consoliden como oficiales dentro de unos meses. Lo que ofrece ahora el padrón es una foto fija. En concreto, los técnicos municipales apuntan que ayer, 4 de enero, a la una del mediodía constaban 348.732 empadronados en Bilbao, de los que 39.230 eran extranjeros. Hace doce meses, esa misma foto fija arrojaba 347.037 vecinos con 35.044 extranjeros. ¿Por qué no vale todo esto como oficial? Porque durante el primer trimestre el INE 'limpia' esas cifras de bajas no actualizadas y duplicidades. Eso se hace cruzando los datos de los padrones de todos los municipios españoles.

La maniobra se aprecia muy bien comparando esta especie de primer sondeo demográfico de enero con los datos finalmente consolidados en años anteriores. La evolución ha sido esta: en 2020 la 'foto fija' era de 352.063 personas empadronadas un día cualquiera de enero, que el INE dejó unos meses después en 350.184. En 2021 se pasó de los 349.801 a la cifra oficial de 346.405. En enero de 2022, el flash inicial era de 347.037, que se quedaron en 344.127. Esto ha sido un hecho relevante porque por primera vez en las últimas seis décadas (desde los años 60 del siglo XX) se bajó de los 345.000 habitantes.

Hay que notar que durante los dos años de castigo pandémico la ciudad perdió más de seis mil habitantes, y eso es tanto por las muertes provocadas por el virus como, y sobre todo, por el frenazo migratorio. Es más, justo antes de la llegada del covid Bilbao había recuperado los 350.000 habitantes en un arreón importante, porque al calor del despegue de la economía la ciudad había sumado 4.000 extranjeros en un solo ejercicio. Es decir, que yendo bien las cosas ya dependíamos de la inmigración para mantener población.

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El parón migratorio durante la pandemia provocó la pérdida de 6.000 habitantes en la ciudad

Ciclos económicos

«Es algo que llevamos años constatando», apuntala Beatriz Otero, investigadora del Observatorio Vasco de Inmigración, Ikuspegi. «Hasta 2019 hubo un incremento de la población de origen extranjero» que reactivó un poco la demografía hasta recuperar los mencionados 350.000 habitantes, perdidos en 2012, en plena crisis. «Con las restricciones de la pandemia» se frenó esa llegada de foráneos y Bilbao perdió gente. Ahora el asunto se dinamiza y el padrón repunta.

¿Tiene algo que ver la llegada de población ucraniana provocada por la guerra? Seguramente sí, pero desde Ikuspegi no aprecian que sea un factor decisivo. De hecho, Otero revela que la nacionalidad que experimenta una mayor pujanza está siendo la marroquí ante un ligero enfriamiento en la llegada de personas de Latinoamérica, principal región emisora de inmigrantes a Bilbao.

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Somos tan dependientes de que llegue gente de fuera porque aquí el crecimiento vegetativo es negativo y va a peor. Esto es, cada vez hay menos nacimientos mientras muere más gente. En cuanto a los partos, el último dato anual cerrado es de 2021, con 2.136 bebés en Bilbao, que es la cifra más baja en décadas. Sólo diez años antes hubo casi 3.000. La cosa no mejora; muy al contrario, en el segundo semestre de 2022 se reducía otro 6,3%.

En cuanto a los fallecimientos, siguen al alza. 2020, con la pandemia, batió el récord histórico con 4.512 muertes en la ciudad. En 2021 se redujeron a 4.044, aunque aún por encima de los datos prepandémicos. Pero es que en 2022 la mortalidad repuntó en Euskadi hasta rozar la de hace dos años, con lo cual es más que probable que la tendencia también afecte a Bilbao, de manera que los decesos, previsiblemente, serán más del doble que los nacimientos. Hay que recordar, además, que buena parte de los partos, el 27,2% según datos del Eustat, son de mujeres extranjeras, pese a que los inmigrantes sólo suponen el 11% de la población vasca.

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En su contexto

  • 348.732 personas estaban inscritas ayer en el padrón de Bilbao. De ellas, 183.472 son mujeres y 165.260 son hombres. La diferencia es debida a que la esperanza de vida entre ellas es superior.

  • Las crisis le restan población a Bilbao La ciudad bajó de los 350.000 habitantes en 2012, en plena crisis financiera, y recobró esa cota justo antes de la pandemia, en plena recuperación económica. Pero fue algo fugaz porque con la llegada del covid se desplomó a sus niveles más bajos en sesenta años: 344.127 personas había en la ciudad en enero de 2022. Ahora vuelve a subir la población. Todas las variaciones tienen que ver con la evolución de los flujos migratorios, porque la población local sólo mengua.

  • 54.101 bilbaínos tienen menos de veinte años, lo que supone únicamente el 15,5% del total. Además, es el único segmento de edad que ha bajado en el último año. Las subidas de población se concentran entre quienes tienen entre 20 y 64 años (hay 208.075 vecinos en estas edades) y los que superan los 64 (que ya son 86.556, el 25% de la población).

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