Un grupo de personas aguardan en Claretianos de San Francisco para recibir alimentos. JORDI ALEMANY

De las largas colas de alimentos a la tarjeta monedero que «no estigmatiza»

j. j. hernández

Domingo, 7 de febrero 2021, 03:13

Cuenta Idoia Pérez de Mendiola, coordinadora de la intervención de Cáritas, que «la pandemia está dejando más secuelas que las que tienen que ver con la salud y algunas consecuencias afectan con mayor intensidad, perduran más en el tiempo e incluso se instalarán permanentemente en ... personas, familias y grupos sociales en situación de vulnerabilidad y exclusión. La pandemia puede ser una oportunidad de cambio y de reconocer el poder que cada persona tiene para mejorar la situación».

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«Cada gesto cuenta», añade Pérez de Mendiola, antes de echar la vista atrás para ver cómo ha cambiado la atención a este colectivo. Dejaron hace años los repartos alimenticios para entregar ayudas económicas. Oscilan entre 200 euros mensuales por persona y 500 euros para grupos familiares y solo las reciben, tras una valoración, aquellos hogares que no disponen de ningún otro ingreso y donde tampoco tienen derecho a la Renta de Garantía de Ingresos, la RGI. Es decir, tienden la mano a los que no cumplen algún requisito de la principal ayuda vasca como, por ejemplo, un periodo de empadronamiento previo de tres años. O tienen a su nombre una segunda propiedad, que en algún caso puede ser una tierra de labor en el pueblo de los padres.

Del cheque al SMS

La ayuda económica, que está pensada para cubrir las necesidades básicas, llega a unas 6.000 vizcaínos. «Hasta ahora recibían ese dinero en un cheque que cobraban en el banco. Eso planteaba algunos problemas. Recibían el dinero de una vez y en metálico y tenían que custodiarlo. La mayoría comparte habitaciones o vive en lugares donde eso no es sencillo. Podía haber pérdidas, robos y hubo algún caso de falsificación», cuenta Pérez de Mendiola.

El sistema, con sus dificultades, funcionó bien hasta que estalló la pandemia. «De un día para otro nos vimos obligados a cerrar las sedes físicas e hicimos un enorme esfuerzo para mantener la atención. No se podía dar cheques así que recurrimos al sistema Halcash», una tecnología que permite enviar dinero a cualquier móvil de forma segura. Es un SMS con un código que sirve para sacar dinero en los cajeros.

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Estas nuevas fórmulas evitan «el estigma» de ponerse a la cola para recibir alimentos, especialmente marcado en los que nunca lo han hecho antes. Cuentan que seguirán por esa vía. «En los últimos meses hemos alcanzado un acuerdo con Fiare, la banca ética, para que puedan tener unas tarjetas bancarias nominales, un sistema que se parece mucho más a lo que utilizamos el resto de personas». Cuando Cáritas detecta un mal uso y hay gastos que no son básicos, recurren a otras tarjetas específicas de Eroski con las que el usuario sólo puede realizar compras de alimentación e higiene. También se revisa «cuando es una ayuda para el alquiler o para pagar un recibo con la factura correspondiente». Les ofrecen en paralelo talleres para gestionar los gastos personales y familiares o para tener una correcta nutrición.

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