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XABIER GARMENDIA
Lunes, 18 de noviembre 2019, 18:10
Dos años y medio después del fatídico incendio que se llevó la vida de cinco personas de la misma familia −entre ellas, dos niños−, ... La Landa va a dejar de ser uno de los últimos reductos de infravivienda en Bilbao. Los operarios derribarán la próxima semana el edificio popularmente conocido como la «casa grande», situado en el número 1 de Camino del Arsenal, y a continuación culminarán el proceso con otra demolición, esta vez la del pequeño inmueble rojo en la parte trasera, en el 10 de Callejón del Tránsito. Se pondrá fin así a un largo trayecto, con expropiaciones incluidas, para acabar con la estampa marginal de esta zona, llamada a ser en el futuro un área de desarrollo urbano a través del plan de Punta Zorroza.
El incendio mortal en el número 7 de la cercana calle Barinaga, ocurrido en mayo de 2017, supuso el desencadenante definitivo. Aquel bloque de madera, cuya fachada ya se había derrumbado solo un año y medio antes, aparecía en los planes como el primero que debía ser derribado por su ruinoso estado, si bien aún no se había declarado como tal. Ya se habían puesto en marcha los trabajos previos para iniciar la expropiación, pero de golpe y porrazo la tragedia se adelantó. A partir de ese momento, el Ayuntamiento intensificó las negociaciones con los propietarios de otros inmuebles en mal estado para agilizar su salida a cambio de una indemnización y evitar así una eventual repetición de la historia.
En la «casa grande», una edificación con casi 120 años de antigüedad, los dueños de cinco de las ocho viviendas aceptaron de inmediato, pero las tres restantes continuaron habitadas en condiciones infrahumanas: paredes repletas de humedades, techos caídos, bolsas de basura, ratas, pulgas y moscas. Los domicilios vacíos fueron saqueados en numerosas ocasiones hasta hacer desaparecer toda la grifería y otros elementos de valor. Y, por si fuera poco, personas sin recursos comenzaron a utilizarlos como lugar para pernoctar, lo que desató la alarma entre los vecinos.
El Consistorio cerró antes de verano los acuerdos con las últimas familias y sacó a licitación las obras de demolición por un importe de 54.500 euros. Las tareas han comenzado este lunes con la limpieza y el vaciado del inmueble, que ocupa un solar de más de 200 metros cuadrados. El miercoles se comenzará a colocar el andamio y no será hasta el lunes cuando llegue la maquinaria y comience el derribo propiamente dicho. El siguiente paso será hacer lo propio con la casa roja de dos plantas situada en la parte posterior.
La demolición de estas dos construcciones se sumará así a las mejoras ejecutadas a principios de año en la calle Barinaga, la única de la zona que aún alberga casas habitadas. Sin embargo, los vecinos de los cuatro bloques saben que su forma de vida tiene fecha de caducidad. En el futuro recibirán de igual manera una indemnización para abandonar sus pisos y dejar paso al proyecto para hacer de Punta Zorroza una moderna zona residencial y empresarial similar a Zorrozaurre.
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