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La vigesimotercera edición de Korrika sigue su marcha tras inundar ayer las calles de Bilbao. Más de veinticuatro horas después de que tocara Ermua y entrara definitivamente en Bizkaia, a través de Ondarroa, la carrera atravesó el jueves la Margen Derecha y la comarca de ... Nervión para llegar a la capital y luego partir hacia la Margen Izquierda. «Hemos venido tres amigas bilbaínas que ahora vivimos en Amorebieta, Gernika y Mungia, porque nos parece muy importante que el euskera esté más presente en nuestra ciudad», apuntaron Garazi, Ainhoa y Libe, en el kilómetro 1.861 frente al Ayuntamiento de Bilbao, donde Juan Mari Aburto recibió el testigo de forma simbólica de la mano de la diputada general Elixabete Etxanobe.
Recién incorporado tras haber pasado dos meses de baja por una operación de cadera, el alcalde apuntó que su vuelta en este día es «muy significativa», así como que desea que «el euskera esté vivo en nuestra ciudad, que sea protagonista y también nuestra lengua».
La marcha, cuyo lema este año es 'Harro Herri', entró a la capital pasadas las cuatro de la tarde por Buia, en el que sería el kilómetro 1.818 de su recorrido por las carreteras de Euskadi, Navarra e Iparralde. Favorecida por el buen tiempo, en su travesía cruzó La Peña y varios alumnos de la ikastola Abusu «con un vínculo especial con el euskera» portaron el testigo, rodeados de familiares, profesores y amigos. «No para de sumarse gente», se congratulaban desde la furgoneta de la organización.
Al ritmo del 'Tipi-Tapa', la marea euskaltzale no tardó en llegar al encuentro de Antonio García y Jonathan Jiménez, dos personalidades de referencia en la asociación gitana Kale Dor Kayiko que, de camino a Otxarkoaga, quisieron apoyar al euskera por ser «patrimonio de todos los vascos y, por supuesto, también de los gitanos». Acto seguido, una marabunta estudiantil conquistó las calles de Txurdinaga, al concentrarse allí centenares de alumnos de las ikastolas Begoñazpi y Kirikiño, y el instituto Gabriel Aresti, entre otros.
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La Korrika continuó a buen ritmo por Santutxu y las Siete Calles, para llegar a Bilbao La Vieja, donde los representantes de la asociación Zinegoak LGTBI+ se repartieron el testigo para reivindicar que «queremos tener el derecho de vivir en euskera en Bilbao» y también defender «la diversidad sexual», en un colorido kilómetro por la calle San Francisco. Su portavoz, Julen Nafarrate, consideró un honor haber entregado el testigo a la asociación de mujeres de los barrios altos Koloretxe», que estuvo representada por la boliviana afincada desde 2011 en Euskadi U-Mariel Achata, que está aprendiendo euskera en los cursos de este colectivo y que no dudó en llevar el testigo.
Esta vigesimotercera edición continuó su recorrido por Miribilla, Irala, Rekalde y Abando hasta que llegó al ayuntamiento, donde el alcalde se convirtió en protagonista al recoger el testigo de forma simbólica el día de su regresó. Después, prosiguió hacia Deusto tras atravesar Uribarri, y alcanzó Ibarrekolanda y San Ignacio, donde participaron miembros de la Asociación de Esclerosis Múltiple de Bizkaia (ADEMBI) y también pudieron verse algunas figuras gigantes de la asociación Ondalan Erraldoien Elkartea.
Agurtzane Sotch, afectada de esclerosis múltiple, portó el testigo en el kilómetro 1.873, en San Ignacio, en nombre de la Asociación de Esclerosis Múltiple de Bizkaia (ADEMBI) y como representación del resto de personas que padecen esta enfermedad neurodegenerativa del sistema nervioso central. «He sido profesora de AEK durante 36 años y he participado en 17 Korrikas, así que ha sido muy emocionante para mí», explicó. Como tiene la pierna derecha «bastante mal» y utiliza un bastón a la hora de caminar, esta bilbaína que comenzó su andadura como profesora de euskera en Zorroza, barrio por el que la marcha se despidió de Bilbao, recorrió el kilómetro de su asociación en una scooter, acompañada por su marido. Además, estuvo rodeada de trabajadores del centro y de otras personas afectadas de esclerosis múltiple, que no dudaron en sacar otras scooters y sillas de ruedas «para apoyar el euskera» y dejar una de las estampas más destacadas de esta vigesimotercera edición de Korrika en la capital vizcaína.
Asimismo, tras regresar a Deusto por la avenida Lehendakari Agirre, Loraldia Kultur Elkartea completó el kilómetro 1.879 «al no haber programado ninguna actividad durante la tarde» para su conocido festival que finalizará el sábado. Ya de noche, el testigo siguió avanzando hacia la Plaza Circular y por la Gran Vía bilbaína llegó a San Mamés, Indautxu y Basurto, para abandonar Bilbao por Zorroza a las 20.45 horas. A lo largo de la jornada de hoy continuará por Bizkaia, hasta que pasada la media noche salgá de Otxandio y se encamine hacia su meta en Baiona el domingo.
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