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Más allá de los pasmosos giros argumentales y las sorpresas de folletín, en el fondo del conflicto de las monjas de Belorado y la Iglesia ... Católica hay un procedimiento judicial que sigue su curso, ajeno a apariciones demoniacas y demás condimentos de esta insólita historia. El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Briviesca ha notificado este lunes a las partes que la fecha prevista para el desahucio de las monjas es el 10 de junio, según ha hecho público la Oficina del Comisario Pontificio de los Monasterios de Belorado, Orduña y Derio, es decir, del arzobispo Mario Iceta. Antes de eso, el 13 de mayo, está previsto celebrar la vista correspondiente.
En realidad, el desalojo de la comunidad ya estuvo previsto para el pasado 23 de enero, con una vista previa el 19 de diciembre del año pasado, pero el juzgado se vio obligado a posponerlo todo ante la dificultad de notificar la demanda de desahucio a todas las interesadas. Del mismo modo que en aquella ocasión, la oficina del comisario pontificio ha destacado que el procedimiento no afecta a las cinco religiosas, ya mayores, que «no han participado del cisma» y siguen, por tanto, dentro de disciplina de la orden clarisa. «Ellas conforman actualmente la comunidad monástica de Belorado. Dada su avanzada edad y delicado estado de salud, han sido desde el primer momento objeto de especial preocupación», han señalado en un comunicado, además de adelantar que «la atención y cuidados que precisan serán inmediatamente asumidos por la Federación de Clarisas Nuestra Señora de Aránzazu, a la que pertenecen, tan pronto como sea posible acceder al monasterio».
Los abogados de las monjas, Florentino Aláez Serrano y Enrique Garcia de Viedma, han reprochado al comisario pontificio que dé por seguro que el desahucio va a hacerse efectivo el 10 de junio, ya que en realidad «solo tendrá lugar si la parte demandada no se presenta a la vista, o si la sentencia que se dicte es condenatoria y no se recurre». De hecho, avanzan ya que, teniendo en cuenta los plazos de recurso que establece la normativa, «el lanzamiento no podrá tener lugar en esa fecha incluso si hubiere sentencia condenatoria». El responsable de prensa de la comunidad, Francisco Canals, ha ido todavía más allá en sus reacciones: «Las monjas de Belorado no han sido ni serán desahuciadas. Llevan casi setecientos años en su propia casa, un lugar que jamás ha sido propiedad de la Iglesia Conciliar», afirma.
La comunidad de Belorado se ha convertido en un llamativo híbrido tanto en lo doctrinal como en lo geográfico, con una dispersión física que en los últimos meses se ha complicado aún más. Después de algunas deserciones, junto a las cinco monjas fieles a Roma han quedado ocho monjas cismáticas, de las que un par residen en el convento de Orduña y otras tres de las más jóvenes (sor Sion, sor Myryam y sor Alma) han marchado al restaurante que acaban de abrir en la localidad asturiana de Arriondas. El local, que empezó a funcionar el 11 de marzo tras un periodo de pruebas, ha sido rebautizado como Santa María del Chicu y se anuncia como el primer restaurante de clausura, ya que las propias monjas residen en el piso de arriba y se ocupan de la cocina, mientras que personal contratado se hace cargo del trato con los clientes. El menú, a 15 euros en días laborables y 18 los fines de semana, incluye platos asturianos como la fabada o los cachopines junto a otras recetas tradicionales.
«Con esta iniciativa, buscan pagar deudas, revitalizar la comunidad de Belorado y crecer en la línea del emprendimiento», según ha destacado el responsable de comunicación del convento. Además, también han adquirido un terreno en Asturias para la cría de perros y otros animales.
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