![Juicio por el último asesinato machista en Bizkaia: «Que le pongan la pena máxima»](https://s2.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/2024/04/07/biz-juicio-asesinato-machista1-kAvB-U21020248143580T-1200x840@El%20Correo.jpg)
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Aracely Herbás no podrá asistir, como era su deseo, al juicio por el asesinato de su madre, Rebeca Huayta, la última víctima de la violencia machista en Bizkaia, que empieza mañana en Bilbao y está previsto que dure una semana. «El Consulado de España en ... Bolivia me ha puesto muchas trabas. No me daban ni cita para explicar mi situación. Así como para viajar a EE UU hay un permiso especial para estos casos, a mí me exigen visa de turista y para eso tienes que demostrar que manejas mucho dinero, que yo no tengo. Mi familia está en crisis económica». La joven, de 23 años y madre de una niña de 9, vive en Santa Cruz (Bolivia) con su padre, del que Rebeca se había separado, aunque mantenían una relación muy cordial. Quería viajar a la capital vizcaína para estar en la sala de vistas de la Sección Primera de la Audiencia vizcaína y escuchar en directo al acusado, Leonel B.T., 'Leo', inculpado del asesinato, pero tendrá que declarar por Skype desde Bolivia.
La joven espera «que se haga justicia, que los jurados no le crean nada a ese hombre y le pongan la pena máxima. Está buscando la manera de reducir la pena, diciendo que él no quería, pero no le dio sólo una puñalada sino muchas. Y a su exesposa estuvo a punto de ahorcarla, la quería matar». La Fiscalía solicita para él 30 años de prisión, 28 por asesinato con los agravantes de parentesco y violencia de género, y tres más por maltrato habitual, petición de pena a la que se suma la acción popular, ejercida por la asociación feminista Clara Campoamor y el Ayuntamiento bilbaíno, y la acusación particular, que representa a Aracely. La defensa, por su parte, califica los hechos como un homicidio, ya que la víctima tuvo oportunidad de defenderse, y pide 8 años de prisión al entender que concurren los atenuantes de confesión, adicción al alcohol, arrebato y reparación del daño. La letrada de 'Leo' alega que ambos habían bebido la noche de autos y que la mujer le dijo que le iba a dejar y que había mantenido otras relaciones, lo que desató en él una ira descontrolada.
La fiscal cree que la relación sentimental, que había comenzado algo más de un año antes, «se estableció en un plano de desigualdad, de dominio y control de él hacia ella». Según la acusación pública, Leonel sometía a Rebeca a «agresiones físicas, como cachetes, agarrones de pelo y cuello y patadas, y psíquicas, mediante el control de su móvil y sus relaciones». «A mi mamá la maltrataba mucho. No quería que hablara conmigo. Cinco teléfonos móviles le había roto», cuenta Aracely en una videollamada con este periódico.
Rebeca regentaba la Taberna Hilargi en el barrio de San Francisco desde hacía tres meses. Él, fontanero de profesión, la ayudaba detrás de la barra. Aquella madrugada del 28 de diciembre de 2022, la pareja cenó en el bar con una amiga y después se quedaron solos. Según el relato de hechos que el Ministerio fiscal y el resto de acusaciones incluyen en sus calificaciones provisionales, discutieron y en medio de la bronca, «entre las cinco y las siete de la mañana, la cogió de la cintura, la tiró al suelo, la agarró del cuello» y la arrastró hasta la cocina, donde la agredió estampándole un vidrio en la cara y clavándole un cuchillo «en numerosas ocasiones» por todo el cuerpo, lo que le provocó la muerte por shock hipovolémico. Se desangró.
Entonces, «la dejó ahí tirada y se fue al apartamento». Vivían en un piso alquilado en la cercana calle Bailén, donde la Policía localizó después ropa ensangrentada. Aracely está convencida de que «quería hacer desaparecer el cuerpo». 'Leo' llamó hasta diez veces a un amigo al que le confesó el crimen y le pidió que le acercara la furgoneta del trabajo al Hilargi. «¡Gracias a Dios que no accedió!». Este hombre le insistió en que se entregara y el hombre llamó a la Policía Municipal de Bilbao admitiendo que había matado a su pareja. «Se sentía acorralado», dice la joven.
En una de las sesiones del juicio se exhibirán los vídeos del bar, donde se ve cómo la pareja discute y cómo él la agarra y arrastra por el suelo, y los de las cámaras de San Francisco. También se podrá escuchar el audio de la llamada que el acusado realizó al 092 confesando el crimen.
Aracely advierte en el mismo de que si sale libre «volverá a hacerlo». Leonel tiene antecedentes por maltrato a otras parejas anteriores, aunque no se pueden computar en esta causa, lo que elevaría la pena considerablemente, porque o no se han juzgado aún o están caducados. «No quiero que otra familia sufra este dolor. Perder a mi mamá de esta manera tan cruel es muy doloroso. Les diría a los jurados que piensen con la mano en el pecho que harían si fuera su madre, su hermana, su mujer... Cuando escuchas que ha habido un feminicidio es duro, pero vivirlo en carne propia es horroroso».
Rebeca se separó de su hija cuando apenas tenía 5 años. Quería darle una mejor vida y decidió dejarlo todo atrás para venir a Europa, siguiendo los pasos de su hermana. Por eso, «mi sueño siempre era tener a una mamá presente, que llegara a casa y me esperara con la comida, platicar con ella, abrazarla», se duele. Pero lo que más le afecta es que su madre «no buscara ayuda, no nos lo contara». «Me carcome que mi mamá soportara tanto. Estaba sola y con él se volvía sumisa, dejaba que la denigrara y él disfrutaba de eso». Está convencida de que si ella hubiera estado a su lado «yo hubiera hecho todo lo posible porque estuviera viva».
Sus amigas en Bilbao le han contado que 'Leo' la controlaba el móvil y el dinero, «que no le daba ni un peso, que tenía que pedirles a ellas dinero para coger un taxi. No le dejaba llamarnos ni mandarnos dinero, se lo agarraba todo él».
A principios de diciembre, se produjo un anticipo violento. «Me contó que le había tirado por las escaleras y había tenido que ir al hospital con una brecha, que había llamado a la Policía y que le habían metido preso. Que se quería deshacer del bar», recuerda. Sin embargo, Rebeca nunca le denunció y terminó reconciliándose con él quince días antes del crimen.
Lo único que le queda a Aracely de su madre es su recuerdo y «media maleta de ropa». «¿Dónde están sus cremas, sus perfumes...? Me gustaría recuperarlo». La dueña del bar «no nos ha devuelto la fianza, ni el dinero de la cerveza que sobró y mi mamá había comprado con su esfuerzo. Lo ha traspasado tal cual», se queja. La joven estaba estudiando una Ingeniería Industrial con la ayuda que le mandaba su madre desde Bilbao. Cuando fue asesinada, dejó los estudios y tuvo que ponerse a trabajar en una inmobiliaria para poder sacar adelante a su hija y ayudar a su padre, que está enfermo.
Ahora, le gustaría cumplir el sueño de Rebeca de reagrupar a la familia en la capital vizcaína. «Si me pudieran dar la nacionalidad o una residencia, como mi mamá planeaba para poder estudiar o trabajar. Aquí no hay mucho futuro», lamenta.
La cifra
28 La Fiscalía y el resto de acusaciones solicitan 28 años de prisión para el acusado.
25 años por el delito de asesinato con los agravantes de parentesco y violencia de género.
3 años por maltrato habitual al entender que sometía a Rebeca a continuas agresiones físicas y psíquicas.
8 La defensa de Leonel B. califica los hechos de homicidio y reclama 8 años con los atenuantes de confesión, arrebato y adicción al alcohol.
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