La jueza que desestimó la protección a Maguette será la que instruya su homicidio

La magistrada recibió la denuncia que Maguette interpuso contra su marido por amenazas ante la Policía Municipal sobre las 20.30 horas del pasado 6 de diciembre. Al día siguiente, «sin contar con la valoración de riesgo de la Ertzaintza ni de los forenses, resolvió con lo que tenía en la mano porque no se les puede decir que se vayan a casa a dormir», defiende el decano. Después, el presunto homicida fue absuelto del delito de amenazas y Maguette, desamparada, se reconcilió con él.

Ocho meses después, cuando la joven senegalesa de 25 años se planteaba separarse, fue degollada en presencia de sus dos hijas de 2 y 5 años, que se quedaron durante horas con el cadáver, hasta que sus lloros alertaron a una vecina. La Ertzaintza sospecha que el crimen debió de cometerse sobre las cinco de la madrugada del lunes, día 24 de septiembre, cuando algunos vecinos escucharon una fuerte discusión entre la pareja. El martes a mediodía fue descubierto el cadáver de Maguette en una de las habitaciones, tapado por mantas. La autopsia determinó que la mujer había sido asesinada entre 24 y 36 horas antes del hallazgo del cuerpo.

Fuentes del Departamento de Justicia del Gobierno vasco confirmaron ayer que la magistrada que rechazó la orden de alejamiento para Maguete no solicitó el informe de riesgo forense, una prueba que, «si se pide con carácter urgente, se puede elaborar en un plazo de 24 horas». Además, en la Unidad de Valoración Forense Integral se reservan algunas franjas horarias para las urgencias reclamadas por los jueces. El propio presidente del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, Juan Luis Ibarra, reconoció que la Justicia había «fallado» en este caso, ya que no había sabido proteger a una víctima de violencia de género que había pedido ayuda.

El propio acusado, después de ser detenido por la Ertzaintza mientras intentaba descolgarse del balcón del piso de un amigo en Mutriku, confesó dónde se había deshecho de cinco cuchillos de cocina de distintos tamaños, entre ellos el arma homicida. El hombre los arrojó en un contenedor ubicado en las inmediaciones de su vivienda. Además de los cuchillos, la Ertzaintza localizó en el depósito de basura varias prendas de vestir y sábanas manchadas de sangre guardadas en bolsas de la compra, evidencias que están siendo analizadas por la Policía Científica.

Según la versión ante la Policía de B.N., también senegalés de 38 años, Maguette intentó agredirle con un cuchillo durante una discusión y él respondió asestándole una puñalada. En alguna ocasión, había admitido que temía que su mujer se fuera a Francia con sus hijas.