Juegos y retrasos en Loiu durante el primer éxodo de Semana Santa

Como se ve, las esperas largas en los aeropuertos, ya sea para viajar o para hacer el reportaje habitual sobre la operación salida de Semana Santa, invitan a la introspección y al análisis filosófico de urgencia.

Bueno, pues al grano. Ayer el aeropuerto de Loiu acogió 122 operaciones, (66 nacionales, 55 a Europa, y una a Egipto), según fuentes de Aena. Hubo meneo, pero no tanto como el viernes, cuando se produjeron 146, ni mucho menos se ha llegado a la marca más elevada que ha registrado la terminal, de 151. Pero sí estuvo algo accidentada la jornada con más de una decena de vuelos retrasados por incidencias varias: desde la meteorología en Ámsterdam hasta cuestiones operativas de diferentes compañías, según los mismos medios.

Durante esta Semana Santa Loiu espera acoger 1.486 vuelos en once días (desde el viernes hasta el lunes 10 de abril). Eso supone un 10% más que en el mismo periodo del año pasado, cuando aún estaban vigentes las últimas restricciones por la pandemia. Es este un termómetro eficiente para medir la intensidad del regreso a la vieja normalidad y la resistencia general al amustiamiento pese a todas las amenazas presentes y futuras.

Como todos los aeropuertos, el de Bilbao es un lugar idóneo para valorar la diversidad y la mezcla. En la misma cola de facturación para volar a Londres había perfiles variopintos como estos dos que ahora mencionamos. Estaban, en primer lugar, tres individuos búlgaros residentes en Gran Bretaña con aspecto de participar en pruebas de supervivencia en entornos extremos, que regresaban a casa después de pasar una semana en Álava. Habían estado pescando y moviéndose en kayak y valoraban mucho la experiencia. Portaban bultos rígidos con apariencia de contener artefactos técnicos o instrumentos para hacer música de cámara y deseaban regresar a Euskadi más pronto que tarde.

Cerca de ellos estaban José Ramón y María Jesús con sus hijos Gorka y Jon. No iban a Londres desde hace tres años. ¿Es el primer viaje que hacen tras la pandemia? «Nooo». Viaja mucho esta familia porque «hacemos intercambio de casas». Así han estado «en Miami, por toda Francia, varios países de Europa... Llevamos ya unos setenta intercambios». Se entusiasman mucho hablando del asunto porque este modo de organizarse no solo les permite salir al extranjero a menudo, sino que les facilita hacerlo de un modo entretenido. «Los niños pueden jugar con juguetes de niños de otros países, conoces cómo son las casas, está genial». Acaban de cerrar una estancia para el verano en Baqueira, y la próxima semana les llega a su vivienda gente de Benicasim. No están obligados a simultanear ausencias con la llegada de visitas porque utilizan también para el intercambio una segunda residencia que tienen en Logroño.

Lo malo este sábado en el aeropuerto, ya se ha dicho, fueron los retrasos, que obligaron a grupos dispersos a matar el tiempo como podían sentados sobre sus maletas, y algunos ni se estaban enterando del escaparate fenomenal que tenían en frente para pasar un rato entretenido.