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El catálogo de juguetes de estas navidades viene cargado de mucho humor y propuestas gamberras y escatológicas, un nicho que parece despuntar especialmente este 2019 con actividades como las de 'Pedrete, el mono guarrete' o 'Caca Chaf', por nombrar solo dos. Los fabricantes no se ... han olvidado del juego educativo y tecnológico, ni mucho menos, pero buscan desmarcarse en la estantería gracias a las risas y a la sorpresa de descubrir viejos juegos tuneados según el gusto de las nuevas generaciones. En vísperas de la visita de Olentzero, en los comercios apenas quedan algunas cajas reservadas. «Y las que llegan no llegamos a exponerlas porque directamente van a la zona de encargo», apunta Patxi González, jefe de la división de juguetes de El Corte Inglés bilbaíno.
'Pedrete' contiene una ruleta que hay que girar. «Estira de su dedo y observa cómo se infla el trasero del mono, pero ¡cuidado!, tienes que evitar que se tire un pedo. Si no, perderás», explican las instrucciones. «No pises los excrementos de perro diseminados por el tablero mientras caminas con los ojos vendados», avisa 'Caca Chaf!'. Un unicornio con gastroenteritis, el 'Poopsie Slime Surprise', es otro de los juguetes más populares del momento. El 'Baño Boom, ¡Atrapa la caca!', incluye un desatascador y un váter. Hay que tirar de la cadena para echar el dado. Están el 'Cerdito cochino' que, «si se tira un pedo, pierdes»; 'Play-doh', con las que los pequeños pueden crear personajes de cacas con plastilina -más de 50 combinaciones con los accesorios-; y '¿Quién ha sido?', que Goliath Games anuncia con el eslogan 'El juego más perdorrrrtido' para captar la atención de niños de más de cinco años.
Además hay otras propuestas traviesas como 'No asustes a la abuela', que propone afinar el temple y la destreza de los niños con un juego basado en las risas y los sustos que consiste en coger una galleta sin asustar a la pobre amama, que está echándose una siestecita en su sillón (si se despierta pierde hasta la dentadura); 'Gastón cabezón' («¡Pasa una tarde asquerosa metiendo la mano dentro de la cabeza de Gastón!»), 'Fontanero Chapucero', un personaje que está arreglando un atasco que hay en el fregadero y «si se le caen los pantalones, ¡mojará a todos!»...
«La atracción infantil por lo escatológico siempre ha existido porque significa lo prohibido, lo transgresor. Hablar de cacas, de pipi, de pedos y decir algunas palabrotas significa tener la oportunidad de traspasar los límites que les marcan los padres. Hasta hace poco estos intereses no se traducían en demasiados juguetes reales, pero cada año los fabricantes sumamos nuevos productos que no pretenden enseñar nada, solo divertir, y la oferta es cada año más numerosa», corrobora Maite Francés, directora de Marketing de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes.
La pedagoga María Costa, directora del departamento de Consumidor Infantil y Pedagogía del Instituto Tecnológico de Producto Infantil y Ocio, se confiesa «una ferviente admiradora» de este tipo de juegos. «Formo parte del comité internacional de tendencias en juguetes de Nuremberg, donde cada año tiene lugar la Feria Internacional del Juguete, y el año pasado una de las tendencias era precisamente el 'just for fun', jugar solo para reír. Es un poco el contraste al interés que los padres tenemos en regalar únicamente juguetes que ofrezcan valores educativos y que trasladen contenidos para aprender. Esto está muy bien, pero lo importante es que demos a los niños variedad. Jugar por jugar, divertirse por divertirse, es ya de por sí un aprendizaje y tiene mucha importancia en el desarrollo evolutivo infantil», argumenta Costa. Esta especialista observa asimismo que este tipo de productos cumplen uno de los requisitos que un buen juguete debe cumplir: «Requieren de otros niños para compartir o jugar y podemos sentarnos con ellos a jugar. Es decir, no solo es una manera de pasar tiempo en familia con partidas de 15 minutos y de contrarrestar el uso exacerbado de las pantallas, sino que no son para dejar al niño solo jugando».
Costa reconoce que los fabricantes «se han pasado en algunos casos con el diseño y las propuestas», y algunos pueden resultar algo desagradables. «Pero he de decir que en algunas ludotecas y salas de juegos ves a los niños jugar con esos juguetes, y te partes de risa. En un entorno donde a veces somos tan serios y tan cuadriculados, reír es extraordinariamente sano para el ser humano», recuerda la experta.
Mecánica simple Para jugar en familia. El juego consiste en meter las hamburguesas en la boca de Zampón. La tripa se va hinchando hasta que revienta el cinturón.
Pedrete el mono guarrete El juego en sí es girar una ruleta: «Nunca sabes cuándo se le va a escapar un pedo», anuncia. El sonido de la ventosidad es sutil, no escandaloso.
No asustes a la abuela Cuestión de habilidad. Hay que coger una galleta sin asustar a la amama, que está dormida y es muy golosa. No tiene pilas, funciona con un mecanismo.
Fontanero chapucero A partir de 4 años. Un fontanero repara una tubería obstruida bajo el fregadero. Si alguien hace que su pantalón se le caiga todos acaban hundidos de agua.
María Costa Pedagoga en AIJU «Jugar por jugar es ya de por sí un aprendizaje y es clave en el desarrollo evolutivo infantil»
Maite Francés Asoc. de Fabricantes de Juguetes «A los niños les gusta lo transgresor y lo prohibido, como hablar de cacas y pedos y decir palabrotas»
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