Los jueces admiten que los juicios para condenar a los navajeros se retrasan «meses»

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Félix Montero

Desde que el agresor es denunciado hasta que cae una condena sobre él pueden pasar «meses», explica el juez decano de Bilbao, Aner Uriarte. La duración varía en función de múltiples factores. Por ejemplo, de cuánto tiempo se necesita para recabar todas las pruebas o para localizar a todos los testigos. Pero es un recorrido lento.

¿Cómo puede acelerarse este proceso? Para Uriarte, la clave está en la actuación policial. «Los cuerpos policiales son los que pueden promover los juicios rápidos», explica. Si los agentes tienen todos los indicios necesarios -el arma, las pruebas, los testigos, el denunciante, el agresor...- y entienden que hay cabida para iniciar este procedimiento, lo ponen en conocimiento del Juzgado de Instrucción. Una vez allí, el magistrado realiza una valoración de los elementos de que dispone y, si lo considera conveniente, inicia el trámite para que llegue a un Juzgado de lo Penal. ¿Cuánto tiempo puede pasar entre la detención y la condena en este caso? «Entre una semana y diez días», subraya el juez decano. «Es algo perfectamente posible», confirma Uriarte, que se reunió hace apenas unos días con Juan Mari Aburto, y la concejala de Seguridad Ciudadana, Amaia Arregi, para analizar la situación. Aunque no es una ciencia exacta. Dependerá, por ejemplo, de si la víctima ha resultado herida. Si precisa de atención médica, o si debe recuperarse de las lesiones, el proceso se alarga.

De todas formas, el debate se centra en el tiempo para dar respuesta judicial. En ningún caso se plantea agravar las penas. En los casos de robo con violencia e intimidación, las penas se sitúan en una horquilla inferior a los cinco años de prisión. En otros casos como los hurtos y los robos con fuerza -en los que no hay un arma blanca de por medio-, las penas no superan los tres años, y ahí el juicio puede resolverse en un día, siempre y cuando haya un acuerdo entre el fiscal y el acusado. La pena se aplicaría inmediatamente con una rebaja de un tercio.