Orden de alejamiento contra un delincuente para que no se acerque a tres comercios de Bilbao

La medida cautelar también afecta a otro comercio de la misma marca deportiva en la plaza Campuzano, en Indautxu. En paralelo, otro juzgado, el de Instrucción número 4 de Bilbao, ha fijado otra orden de alejamiento, esta vez por un espacio de diez metros y a lo largo de los próximos tres meses, con respecto a un Carrefour exprés de la calle Vicente Garamendi, en el barrio de Santutxu. En el caso de que el individuo volviera a aparecer por alguna de estas tiendas estaría cometiendo un delito de quebrantamiento de medida cautelar, más castigado que un mero hurto, y podría ser por tanto detenido por la Policía. Hasta ahora, aunque fuera descubierto con las manos en la masa, era identificado como presunto autor de un hurto y citado para un juicio rápido.

«La mayoría de las veces ni se presenta y si lo hace la condena suele ser de seis euros al día durante un mes o de arresto domiciliario. Es un castigo para la Administración, que tiene que mandar una patrulla a vigilar si esta en su casa, no para él, que le mandan al sofá de su salón», protesta el gerente del Carrefour de Santutxu en el que también tiene prohibido entrar. Josu A., con múltiples antecedentes policiales, se encuentra en estos momentos en prisión tras ser arrestado por una reclamación judicial.

La Ertzaintza, la Policía Municipal y los comercios de Bilbao tendrán una temporada de descanso, ya que, según fuentes policiales, «podía llegar a robar entre cinco y diez veces al día». En Forum se apoderaba normalmente de calzado. «Entraba, cogía un par de zapatillas 'running' que estaban expuestas en la entrada y se iba corriendo. Llegamos a poner solo una zapatilla del par para que no se las llevase, pero entonces empezó a entrar en el almacén y se llevaba tres o cuatro cajas», explica el responsable del negocio.

«Se dio el caso de que teníamos un juicio contra él. Como era de carácter penal se presentó porque él sabe muy bien diferenciar un delito grave de uno leve y esquivar el Código Penal. Nos encontramos allí y en el tiempo que tardé yo en subir al juzgado y volver, él ya había pasado por la tienda a robar». En otra ocasión, le sorprendieron 'in fraganti' sustrayendo un producto del negocio «y le acompañé por la calle Correo para ver si veía una patrulla de la Policía Municipal. En el camino me llegó a decir: 'Aléjate, que tengo sida y te voy a contagiar'».

No es un delincuente violento. Evita el enfrentamiento. En el supermercado de Santutxu «siempre roba embutido, sobres de jamón, lomo, queso... productos por valor de 20 o 30 euros, no más». «Es un profesional, tarda 30 o 40 segundos y se va corriendo. Lo venderá en algún piso para que le den dinero para la dosis», sospechan sus víctimas.

La última vez que se llevó mercancía sólo le descubrieron al repasar después las imágenes grabadas por las cámaras. El gerente se topó con él en la calle cuando circulaba en moto y avisó a la Ertzaintza. «Le conocían. '¡Hombre, si es Josu, el que roba jamón en Eroski y Carrefour!'», recuerda que espetaron los agentes. «Y así todos los días».

Josu es sólo uno de los muchos ladrones al descuido que rondan los supermercados. «El problema es que no les pasa nada. Si recuperas el género, aunque no sea para la venta, encima no puedes reclamar. Pero yo le digo al juez: ¿Qué hago? ¿Lo pongo a la venta si se lo ha metido entre los calzoncillos?».