«No me acuerdo, uno ya tiene una edad», responde Bilbao sobre el fiasco de Habidite

Esta iniciativa preveía generar 1.100 empleos con la construcción de una planta de casas modulares en Alonsotegi. En un primer momento, la Diputación, entonces presidida por Bilbao, decidió apoyar el proyecto de Jabyer sin fisuras. Ambas partes firmaron tres convenios para blindar el apoyo público al plan. El exdiputado puso su rúbrica a un documento que obligaba a la institución que dirigía a aportar los terrenos y a comprar 1.500 viviendas. Aquel proyecto naufragó y ahora Habidite reclama a la Administración territorial 30,81 millones de euros al considerarla responsable del fracaso por haber incumplido los acuerdos formalizados en diciembre de 2006.

El enfrentamiento, que se arrastra desde hace más de una década, vivió este martes un nuevo episodio con la declaración de los dos protagonistas como testigos ante la sala de lo Contencioso-administrativo del Tribunal Superior de Justicia que dirime el pleito. Bilbao compareció vestido con un traje oscuro y con algunas canas más que cuando era diputado general. Jabyer, por su parte, reapareció con barba, vaqueros y bronceado. Ambos compartieron durante un rato, hasta que fueron citados por el presidente del tribunal, un espacio pequeño, en una habitación anexa a la sala.

Bilbao mostró una memoria un tanto escasa. Respondió hasta en una veintena de veces con un «no lo recuerdo» o un «no lo sé» a las preguntas del abogado de Habidite sobre lo sucedido entre la firma de los convenios y la denuncia de los mismos ante Europa. «Uno ya va teniendo una edad», se excusó. Cuando le preguntaron si fue él u otra persona quien decidió dejar en suspenso aquellos pactos, el exdiputado, de 62 años, manifestó que «no sabría decirle lo de la anulación, pero sí ocurrió que el Tribunal de Cuentas -institución que ahora preside- advirtió de la posibilidad de que algunas de esas actuaciones podrían ser constitutivas de ayudas de Estado y, por seguridad jurídica, la Diputación se dirigió a la Comisión Europea para preguntar por esos convenios». Bilbao insistió en el dictamen del Tribunal de Cuentas fue importante para entender la postura adoptada por la Diputación. Europa determinó finalmente que, si bien los convenios pudieron ser ilegales, al menos uno de ellos, por valor de 10,5 millones, podría haber sido ajustado a Derecho si la institución foral lo hubiera comunicado en tiempo y forma.

El otro mensaje que quiso dejar claro es que su «desencuentro» con Jabyer llegó por no haber pagado éste «más de 40 millones -en concreto, 43- en concepto de IVA a la Hacienda de todos los vizcaínos» tras la venta de los terrenos de Barakaldo donde la empresa Iurbenor iba a construir la urbanización 'Puerta de Bilbao'. El exdiputado general también aludió a un supuesto abandono del empresario de varias obras públicas que la institución foral le había encomendado.

La versión de Jabyer, que es el mayor deudor de la Hacienda vizcaína a través de varias empresas que dirigió, fue diametralmente opuesta. Insistió en que la Diputación no cumplió con sus compromisos, lo que le generó un grave perjuicio y que fue una carta que le remitió a Bilbao el detonante de «la persecución que sufrí». Jabyer abundó en el relato que ya ofreció en 2013 ante el tribunal que le juzgó por el 'caso Iurbenor' y que alude a un infructuoso intento de mediación y reuniones con varios dirigentes del PNV, entre ellos el actual lehendakari. Este martes no citó a Iñigo Urkullu. El caso quedará en breve visto para sentencia y tendrán que ser los jueces los que determinen si a Habidite, que ahora está administrada por la compañera sentimental de Jabyer, le corresponde o no una indemnización.