Borrar
La trampa de las zonas de bajas emisiones
Opinión

La trampa de las zonas de bajas emisiones

Evitar humos está generando otros humos. Y son peores

Sábado, 5 de octubre 2024, 00:56

En 2019, por asuntos de trabajo, tuvimos que mudarnos al centro de Madrid. Coincidió con la decisión del ayuntamiento, Manuela Carmena al frente, de aplicar lo acordado en Bruselas sobre las zonas de bajas emisiones. Por aquello de ser más papistas que el Papa, lo ... hicieron rápido y de aquella manera. La chapuza es un mal general. Solo así se entiende que diseñaran la «almendra», el espacio libre de emisiones, dejando fuera la calle Almirante. La nuestra. En algún lugar tenían que poner los límites, dirán. Cierto. Pero había un problema. Para entrar en ella había que pasar, sí o sí, por la zona de bajas emisiones. Tantos meses diseñando el tema y nadie se había dado cuenta de algo que cualquier persona con dos dedos de frente podía ver. De hecho está a solo seis minutos andando del ayuntamiento. Al final incluyeron la calle y no tuvimos otra que empadronarnos si queríamos aparcar en el garaje. Por suerte bastaba ese requisito. Todos los vehículos pertenecientes a alguien empadronado allí tenían permiso para entrar. Lo digo porque desde su puesta en marcha en Bilbao, además del propietario, el coche o la moto también tienen que estarlo. Otro día hablaremos de ello. El nuestro por entonces estaba en Getxo y no pasaba nada. Lo cual no deja de ser curioso. Máxime cuando Carmena puso de ejemplo a Bilbao para peatonalizar Madrid. Siempre vemos la vaca ajena con mejores ojos. Total que pasó el tiempo, llegó Martínez-Almeida, que decía que anularía el plan, pero lo mantuvo. Recuerden que manda Bruselas y lo que se dice en la oposición se olvida al llegar al poder. Pero esos son solo detalles. El problema es otro. Y es que somos presa de un engaño.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcorreo La trampa de las zonas de bajas emisiones