Jabyer, absuelto de estafa por la promoción fallida de Mamariga

En síntesis, los magistrados consideran que no hay pruebas de que los acusados urdieran un plan para estafar a estas personas. Los jueces reconocen que los denunciantes que optaron por no firmar avales y llegaron a acuerdos con los empresarios para demoler sus viviendas -a cambio de otros pisos en la promoción que se iba a construir en ese mismo suelo- sufrieron un «grave perjuicio» con la paralización del proyecto inmobiliario. Pero eso -insisten- no quiere decir que fuesen engañados. De hecho, contaron con «asistencia jurídica» desde el primer minuto. En este sentido, apuntan a que una eventual reclamación no correspondería al ámbito penal.

Los denunciantes pedían ocho años de prisión para Jabyer, que fue uno de los principales constructores de Euskadi, y su exsocio. La Fiscalía, en cambio, no presentó acusación al no apreciar la existencia de delitos. En este contexto, la sentencia de la Sección Sexta de la Audiencia de Bizkaia, a la que ha tenido acceso EL CORREO, de 56 folios, es muy contundente. Por un lado, no duda en criticar los propios términos de la querella inicial y del escrito de acusación de los denunciantes, que califica de «difusos y distorsionados». Y, en este sentido, cuestiona la labor del juzgado de instrucción de Barakaldo en este caso. A su juicio, lejos de «arrojar luz» sobre los hechos, protagonizó una «investigación ciertamente deficiente, carente de una mínima profundidad».

Los jueces también señalan que la acusación particular ha ido variando parte de los hechos denunciados con el paso de los años. Lo último que añadieron en sus escritos -apuntan- fue que Jabyer y su socio destinaron parte del dinero que habían recibido de una entidad bancaria para el proyecto de Mamariga para otro promoción en Barakaldo. Los magistrados insisten en que no se ha aportado ningún tipo de prueba en este sentido y que no se investigó sobre este extremo. Pero, además, recalcan que sí se ha comprobado que dedicaron al proyecto «cantidades lo suficientemente importantes y relevantes».

Durante el juicio, Jabyer Fernández aseguró que el proyecto falló por falta de financiación como consecuencia de la crisis inmobiliaria de 2008 y que él, de hecho, perdió 3,5 millones. La Audiencia reconoce que los empresarios no abandonaron el proyecto «sin causa alguna que lo justificara». En este sentido, señalan varios factores. Entre ellos, una sentencia judicial que obligó a modificar las dimensiones del proyecto y el impacto de la crisis.

Los jueces apuntan a que el derribo de las viviendas pudo resultar «precipitado» porque sobre el proyecto pesaba una demanda. «Afortunadamente» -apunta también el fallo-, el proyecto fue retomado por otra promotora, que en la actualidad está ya ejecutando los pisos prometidos.