En Deusto hay OTA, en San Ignacio también, y lo mismo en Arangoiti y en Ibarrekolanda. Todo el entorno de Zorrozaurre es de pago y Zorrozaurre, no. Así que pasa lo previsible: un montón de gente se va a dejar el coche en la isla, ... donde durante la semana apenas hay sitios en los que aparcar. «Todo el mundo viene a nuestra zona, incluso hay gente que deja la furgoneta para coger el coche, y luego a la inversa», se duele Rosa González, de la asociación de vecinos del barrio. «En las calles nuevas todos los coches que hay son de fuera», dice en relación a las avenidas que fueron estrenadas en julio, Galleteras y Cargueras. Pues previsiblemente lo mismo va a ocurrir en las calles que se abran al tráfico en los próximos días en la punta norte.
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Visto el panorama, la asociación vecinal de Zorrozaurre ya ha pedido al Ayuntamiento que extienda la OTA a su barrio. «Nos dijeron que iba a pasar por el consejo de distrito y que no habría ningún problema», explica González. Es el procedimiento habitual y previsiblemente ocurrirá a principios del año próximo.
La nueva ordenanza establece que las zonas de pago se irán implantando en la ciudad a medida que lo pidan los vecinos. Ya se hizo en La Peña, San Ignacio, Ibarrekolanda y Arangoiti. Lo ha solicitado Olabeaga y hay procesos abiertos en partes de Rekalde, Uribarri y Zorroza.
En Zorrozaurre, por otra parte, los cambios van a ir mucho más allá. Desde el colectivo vecinal recuerdan que cuando empiecen a llegar las familias de las nuevas promociones se va a recrudecer aún más el problema del aparcamiento. «Es cierto que los edificios nuevos tienen garajes, pero muchas familias tienen dos coches, así que esto se va a poner peor», pronostica Rosa González. Por eso, de cara al futuro querrían contar con algún tipo de estacionamiento municipal en régimen de concesión. Desde el Ayuntamiento, aseguran en la asociación, también se les ha planteado la posibilidad de reservar para residentes algunas de las plazas que surjan en edificios destinados a oficinas.
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El colectivo vecinal, pese a todo, tiene otras preocupaciones más inmediatas. A través de la federación de asociaciones vecinales de Bilbao, FAVB, ha denunciado «la falta de seguridad y problemas de convivencia del barrio por los múltiples edificios abandonados y en estado ruinoso». En esa situación, han pedido que los inmuebles que vayan a ser conservados «se adecenten, aunque sea para reutilización temporal». Y que aquellos cuyo futuro sea la picota «se derriben».
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