El Euromillones del viernes: comprobar resultados del 31 de enero
Brigitte Trogneux y Emmanuel Macron, en uno de los actos en el Pirineo.

Una primera dama 24 años mayor que el presidente

Brigitte Trogneux, la profesora de Macron que se convirtió en su esposa, ha sido uno de las bastiones en la fulgurante carrera política del nuevo inquilino del Elíseo

ICÍAR OCHOA DE OLANO

Lunes, 8 de mayo 2017, 10:48

Brigitte Trogneux pudo ser la reina de los "macarons", pero ha preferido ser la emperatriz de los franceses. «Sin ella, Emmanuel Macron no habría podido embarcarse en esta aventura presidencial». Así se lo ha contado a la revista de negocios "Bloomberg" Marc Ferrari, asesor de ... campaña del presidente electo de la República francesa y testigo de la boda de la pareja, en 2007. Aunque comparen al impoluto exministro de Economía de Hollande con el mismísimo Napoléon a sus 39 años se ha convertido en el gobernante de Francia más joven después del mítico general y ella tenga bastante más de Josefina, la historia de amor entre Trogneux y Macron es tan o más fascinante que la de sus alter egos.

Publicidad

Internet guarda celosamente la imagen en la que una maestra felicita a un adolescente con un casto beso en la mejilla tras una función teatral. La escena ocurría a principios de los años noventa en Amiens, una tediosa ciudad de provincias de apenas 130.000 habitantes enclavada al noroeste del país. En concreto, en el liceo La Providence, el centro jesuita donde se educan los hijos de la burguesía local, como Brigitte y sus cinco hermanos mayores, la prole de una reputada saga de chocolateros, famosos por sus "macarons", que regenta un céntrico y próspero establecimiento. Ella era entonces una atractiva mujer casada de 39 años, madre de tres hijos, y una entusiasta profesora; él, apenas 15 años, compañero de aula de su hija mediana y, de lejos, su alumno más brillante. «Siempre andaba recitando sus trabajos. Estaba totalmente cautivada por sus habilidades para escribir», relató al periódico "Le Parisien" un amigo de la época del exbanquero. Cuando la química prohibida entre ellos e ilegal; Francia pena con hasta tres años de prisión las relaciones sexuales entre un maestro y un alumno menor de edad traspasó los muros del instituto, los padres del adolescente le enviaron a París. Antes, eso sí, de emprender el viaje a la capital, el joven poeta prometería a su mentora: «Encontraré el modo de casarme contigo».

De aquel "sí quiero" en la casa de descanso que Macron posee en el Paso de Calais ha transcurrido ya una década. Los franceses descubrieron el rostro maduro y sonriente de la maestra en junio de 2015, cuando acudía de la mano del titular de la cartera de Finanzas de Hollande al Elíseo, a la cena oficial en honor a los Reyes de España. El país entero se quedó pasmado ante la felicidad que irradiaban el bisoño ministro y su elegante Mrs. Robinson, veinticuatro años mayor que él, justo la misma diferencia de edad que separa al presidente de Estados Unidos, Donal Trump, de su esposa Melanie, solo que al revés, y de la que, por cierto, nadie habla ya.

A diferencia del magnate y la modelo, empastan a la perfección, según afirman sus amigos más cercanos. El treintañero Macron -cumple 40 años en diciembre- incluso ha adoptado como suya a la descendencia de su esposa. «Este fin de semana vienen mis nietos (¡nada menos que siete!)», dicen que comentaba con naturalidad en el ministerio, donde Brigitte se movía como Pierre por su casa. Su imagen en el despacho de su marido, en plena reunión de trabajo con sus colaboradores, emitida por Canal +, suscitó recelos sobre su papel. «Mi esposa no forma parte del gabinete, ni por tanto cobra sueldo», tuvo que aclarar un día Macron, para admitir otro que «sus opiniones son fundamentales para mí». Su influencia real va mucho más allá. En situación de excedencia del prestigioso instituto del parisino distrito XVI donde trabaja, Trogneux salió de la sombra para propulsar la carrera de su exalumno, aconsejarle en materia política, ayudarle a programar su agenda y asesorarle en sus discursos. Apuesten a que los argumentos que el líder de la formación socioliberal En Marche! ha empleado para batir a sus oponentes no han pillado en fuera de juego a madame Macron.

Besos en público

«Cada noche hacemos un balance juntos y nos repetimos lo que hemos oído el uno del otro. Tengo que estar atenta y hacer el máximo para protegerlo», explicaba en una reciente entrevista a "Paris Match". Sabedores del interés insaciable que su atípica relación genera entre simpatizantes y detractores, la pareja ha sacado chispas a sus frecuentes apariciones públicas. Siempre de la mano, se han prodigado en miradas cómplices y besos en los labios, en un estilo más propio de una campaña estadounidense que de una gala, donde la esfera privada se preserva... hasta que la prensa destapa las infidelidades.

Publicidad

A falta de cónyuge presidencial desde 2012 la actriz Julie Gayet, actual novia del presidente saliente, nunca ha tenido un rol político, las grandes marcas han empezado a seducir a Trogneux, que en campaña ha lucido ropa cedida por LVMH, el gran imperio del lujo que dirige Bernard Arnault. Al menos para las firmas de moda, ella es ya la nueva emperatriz de Francia.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad