Marine se topa con los hombres 'on'

El populismo ultra se acerca al poder en Francia pero sin conquistarlo. Gana la primera parte del partido pero le remontan en la segunda. Es una de las lecciones de la encuesta publicada ayer por el diario 'Le Figaro'. Marine Le Pen dará la ciaboga en primera posición sin conseguir mantenerse en cabeza al final de la regata.

La presidenta del Frente Nacional (FN) no logró pasar el corte en 2012. Con el 17,90% de los votos, se quedó en tercera posición. Esta vez disputará la gran final, como hizo su padre en 1995 ante el conservador Jacques Chirac. Con la diferencia de que la hija ganará el primer asalto con el 25% de los votos. Luego, en la ronda definitiva, tocará de nuevo su techo de cristal y se quedará con la miel en los labios en todas las hipótesis. Es lo que pronostican los estudios demoscópicos, que tanto se equivocan últimamente.

La cuarta parte del electorado es azul marina. Esa base electoral lepenista cada vez resulta más sólida en los sondeos. Ningún acontecimiento la resquebraja. Ni siquiera el caso de los asistentes parlamentarios del FN en el Parlamento europeo. La Eurocámara reclama 340.000 euros a Marine Le Pen bajo la acusación de haber remunerado con sus fondos de diputada a dos liberados del partido que manifiestamente no trabajaban en el seno de la institución. Da igual, sus intenciones de voto siguen instaladas en el 25%.

Macron, el mejor situado

Sin embargo, Fillon acusa la tormenta por la invisible labor de su mujer como su asistente parlamentaria en la Asamblea Nacional. El matrimonio dio ayer explicaciones por separado en el marco de la investigación abierta por la Fiscalía financiera. El coste en términos electorales es que el hasta ahora favorito ya no tiene garantizado el pase a la final con Le Pen. Segundo en la primera vuelta, se disputa la clasificación codo a codo con Macron en un reñido 22% a 21%.

Los dos ganarían a la postulante populista. Pero Macron lo haría con mayor holgura que Fillon. El exministro de Economía con François Hollande obtendría una diferencia de 30 puntos (65% a 35%) y el exjefe de Gobierno con Nicolas Sarkozy se quedaría en un margen de 20 (60% a 40%). La explicación de los analistas estriba en que la elección entre Fillon y Le Pen parece complicada para un elector de izquierdas.

Las primarias socialistas han invertido la jerarquía en el bando izquierdista. Hamon, su ganador, ya no ocupa la quinta plaza adjudicada hasta ahora a todo candidato del partido gobernante. Con un 15% de las intenciones de voto, el brillante vencedor del domingo contra Manuel Valls adelanta un puesto y supera a Mélenchon, que cierra el quinteto de escapados con el 10%. El triunfo del socialista más a la izquierda es una mala noticia para el radical alternativo apoyado por los comunistas. Cuña de la misma madera en el mango de la hoz y el martillo.