Opinión

Desastre

Ayer fue uno de esos pocos días en que resulta sencillo dar una opinión sobre la noticia: el resultado del referéndum británico sobre Europa es un auténtico desastre. ¿Quién es el responsable?

Ignacio Marco-Gardoqui

Viernes, 24 de junio 2016, 14:22

Este viernes fue uno de esos pocos días en que resulta sencillo dar una opinión sobre la noticia: el resultado del referéndum británico sobre Europa es un auténtico desastre. ¿Quién es el responsable? De nuevo vuelve a estar claro, es Cameron el 'ingenuo inconsciente' que ... convocó la consulta para mejorar sus expectativas electorales (aquello le salió bien) pero no supo calibrar las consecuencias finales de su decisión.

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Y que no venga nadie ahora con exquisiteces democráticas del tipo: es la voz del pueblo y hay que hacerle caso. Porque, ¿es acaso democrático que por poco mas de un millón de votos se produzca este terremoto que afectará, ahí está la clave, a más de 500 millones de ciudadanos de la Unión Europea? ¿Es acaso democrático que el 64% de los menores de 24 años que han votado 'in' y que van a padecer 69 años (esperanza media de vida) de 'exit', sufran la decisión adoptada por el 58% de los mayores de 65 años que van a disfrutar 16 años del 'exit'? ¿Es democrático que los abuelos decidan el futuro de sus nietos? ¿Es democrático que el 96% de los gibraltareños que han votado 'in' terminen en el 'out'? Como ve, esto de los ámbitos de decisión sigue siendo una cosa muy divertida.

El pagano de las neuras británicas y de sus absurdos resabios nacionalistas será un colectivo mucho mayor que el de los pirómanos desaprensivos que han provocado el incendio ¿Cuáles serán las consecuencias? Esas ya son más difíciles de calibrar con exactitud, pero es evidente que se abre un largo periodo de incertidumbres y amenazas que viene a sumarse a un momento suficientemente incierto y amenazado. Las inmediatas las vimos hoy: dimisión de Cameron, 'el pusilánime'; bolsas por los suelos; la libra y el euro en retirada frente al dólar y las primas de riesgo en ascenso. Más adelante, veremos. Sin duda, serán peores para los británicos que para el resto. Es justo.

De entrada, el referéndum lo ganó el exit en Inglaterra y Gales, pero en Escocia e Irlanda del Norte ganó el in. Sin duda, aquí hay combustible suficiente para reiniciar un proceso de descomposición interna del Reino Unido. ¿Exagerado? Ojalá, pero esa disparidad de criterio alimenta las tensiones centrífugas que existen desde mucho antes y las incertidumbres políticas se agrandan. Primero con la inmediata convocatoria de elecciones que Cameron, ahora 'el consecuente', ha anunciado para dentro de unos meses. Segundo por la actitud de Cameron, ahora 'el cobarde' de trasladar a su sucesor la resolución final del divorcio con la UE.

Para la City de Londres es la peor de las noticias pues no podrá evitar un desplazamiento del centro financiero europeo hacia Francfort y Luxemburgo. Por su parte, para las relaciones comerciales futuras se abre un largo paréntesis. En principio, no tendría sentido levantar las barreras en frontera que fueron derribadas hace décadas, justo ahora que estamos en proceso de eliminarlas con los EE UU, pero el Reino Unido tiene que entender que no se puede salir de la UE dando un portazo tan doloroso y mantener a la vez las ventajas que disfrutaba por estar dentro. Y el resto tenemos que mostrar firmeza a la hora de defender nuestros intereses, aunque solo sea para evitar el efecto contagio que alimenta la extrema derecha y la extrema izquierda en países nucleares de la unión como son Francia, Holanda e Italia. Será más difícil evitar la propagación en los países del este, pero ahí las consecuencias son mucho menores para el proyecto común.

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Por su parte, la libre circulación de personas y el libre ejercicio de actividades profesionales, que ya estaban dañadas se verán severamente damnificadas por esta decisión. No digamos nada el impacto que tendrá sobre la melindrosa política europea de cara a la inmigración. En Europa hay suficientes antecedentes como para saber lo que sucede cuando se exacerban los sentimientos xenófobos. Por último, y como demostró la Bolsa, la noticia es muy mala para las empresas españolas que operan en el Reino Unido, pues este desastre afectará a su economía y de rebote a quienes trabajan allí...

De todas formas, creo que será mayor el impacto global y espiritual sobre el proyecto europeo que sufre una herida grave, que las meras consecuencias económicas que podrán ser también graves pero que deberían ser menos duraderas. A ver si acertamos una... que va siendo hora.

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