Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
óscar b. de otálora
Lunes, 16 de noviembre 2015, 13:01
Abdelhamid Abaaoud, el presunto cerebro de las redes belgas de yihadistas en las que se fraguó la masacre de París, es un pijo belga que, en algún momento desconocido, cambió la vida agradable y 'cool' de un adolescente de familia bien por las ansias de ... matar 'cruzados'. «Siento vergüenza de ser su padre. Alguien le lavó el cerebro porque no era así», manifestó en 2014 su padre, Omar Abbaoud, un comerciante belga de origen marroquí con una boutique en Moleenbek, el barrio musulmán de Bruselas.
El terrorista, huido desde 2014 de una redada llevada a cabo en Bélgica, estudió en el colegio de Saint-Pierre à Uccle, una escuela para las clases altas belgas en la que sus padres habían puesto sus esperanzas de convertirle en un hombre de provecho. Sin embargo, en algún momento la trayectoria en la que confiaba su familia se truncó y se convirtió en un yihadista sanguirnario. Hasta ese momento, era un joven que amaba el fútbol, al que sus compañeros de clase recuerdan como «burlón« y «simpático», sin ningún tipo de problemas a la hora de integrarse en un centro que hace gala de su multiculturalidad. Aunque no se dispone de información fidedigna, su perfil corresponde al de muchos jóvenes musulmanes radicalizados a través de Internet, gracias a la agresiva propaganda del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés).
«Dirigíos contra los cruzados»
Su primera pista dentro de las tramas terroristas se produjo en enero de este año, cuando poco después del atentado contra el semanario satírico 'Charlie Hebdo', en París, los servicios antiterroristas belgas intervinieron contra una célula del Estado Islámico en la localidad belga de Verviers, en la que se estaban gestando nuevos atentado en la capital francesa. En esa operación policial murieron dos terroristas y huyeron varios miembros de la red, entre ellos, Abdelhamid Abaaoud. Según se supo en ese momento, ya había pasado por Siria para recibir entrenamiento y había regresado a Europa para cometer matanzas. Era el prototipo de 'retornado'. Tras la intervención policial, el máximo portavoz del ISIS, Abu Mohammad Al-Adnani, hizo público un comunicado para evocar a sus dos yihadistas muertos. El texto tenía una amenaza tremenda en forma de orden a todos los terroristas situados en Europa. «Dirigíos contra los cruzados, allá donde se encuentren. Atacadles con explosivos, con balas, con un cuchillo, un coche, una piedra e incluso un zapato o un puño», escribió.
Para entonces Abdelhamid Abaaoud estaba ya en Siria -al parecer, tras haber pasado por Turquía y Grecia, según los rastros de su teléfono móvil- y desde allí realizó varios gestos propagandísticos difundidos por las redes. Apareció en un video en el que conducía un pequeño camión llenó de cadáveres de combatientes contra el ISIS y se le veía volcar los cuerpos en una fosa común. Asimismo, se fotografió con otros terroristas belgas huidos a Siria o en campos de entrenamiento con fusiles de francotirador. Al parecer, Abdelhamid se unió a una unidad denominada 'Katiba Al-Battar' (la espada de los profetas), considerado un grupo de élite formado por terroristas de origen belga.
Su imagen más macabra, sin embargo, es la que obtuvo de su hermano de 13 años, Younes Abaaoud, al que captó para la yihad. Younes se convirtió así en uno de los terroristas más jovenes del Estado Islámico y su imagen, con un AK 47 en la mano izquierda y el índice derecho señalando al cielo, se extendió por las redes.
Ataques en salas de conciertos
En julio de este año, los juzgados belgas condenaron en ausencia a Abdelhamid Abaaoud a 20 años de prisión como responsable de la red terrorista instalada en Bélgica. Su padre se había personado en la causa para denunciarle, entre otras cosas, por el secuestro de su otro hijo.
Su pista reapareció un mes más tarde, el 11 de agosto, el presunto yihadista francés Reda Hame fue arrestado a su vuelta de Siria. El joven confesó a las fuerzas de seguridad que le habían ordenado golpear «un objetivo fácil, como por ejemplo, una sala de conciertos, y hacer el máximo número de víctimas». La orden se la dio Abdelhamid Abaaoud, quien se encontraba en la ciudad de Raqqa -hoy bombardeada por los aviones franceses- y le entregó una memoria USB con información sobre sistemas de encriptar información así como 2.000 euros. Según el diario 'Le Monde', Reda Hame señaló entonces a la Policía: «Todo lo que puedo decir es que los ataques van a llegar muy pronto. Allí abajo, (en referencia a Siria), quieren de verdad golpear a Francia y a Europa». Diez dias más tarde, otro islamista procedente de Bélgica, Ayoub El-Khazzani, intentó acabar con la vida os pasajeros de un tren de alta velocidad, el Thalys, aunque fue reducido por los pasajeros. Las amenazas se estaban cumpliendo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.