¿Quién es Jeremy Corbyn? Según las encuestas, un veterano diputado laborista elegido para ser el nuevo líder de su partido y, por lo tanto, posiblemente un futuro primer ministro de Reino Unido. Según Pablo Iglesias, de Podemos, Corbyn es una parte de la ola ... de "una nueva fuerza política en Europa", que desafía la ortodoxia de la austeridad. Y según Tony Blair, el exlíder del Partido Laborista y tres veces primer ministro en Downing Street, Corbyn es un fantasioso cuyas políticas pertenecen mejor al país de las maravillas.
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La certeza es que hasta hace unas semanas el nombre de Jeremy Corbyn sonaba solo a algunos. Aunque ha sido diputado en la Cámara de los Comunes desde 1983, es un político que ya ha cumplido 66 años y era casi desconocido fuera del ala radical del partido. Nunca ha sido ministro en el Gobierno, ni siquiera portavoz del partido. Todo lo contrario. Durante las décadas que ha permanecido en el Parlamento ha sido muy rebelde y ha votado en contra de la línea oficial del Partido Laborista más de 500 veces. Con esta perspectiva, la elección de Jeremy Corbyn como máximo dirigente del partido anuncia un pequeño terremoto con consecuencias profundas fuera de Reino Unido y quizá también en España.
Los vínculos entre Jeremy Corbyn y España son fuertes, incluso existenciales: sus padres se conocieron en una manifestación en Londres para apoyar al Gobierno de la Segunda República durante la Guerra Civil. Los dos eran izquierdistas y muy implicados en el movimiento antifascista de la época. Y como los padres, el hijo.
Corbyn se casó por segunda vez con Claudia Bracchitta, una exiliada chilena de familia española y los hijos de su cónyuge son bilingües. Aquí también la política de izquierdas está en la sangre de la exfamilia política. El abuelo era cónsul español en Chile y cuando estalló la Guerra Civil volvió a España para luchar por la causa republicana. Después de la guerra, la familia regresó a América Latina para vivir en el exilio, primero en México y más tarde en Chile. Cuando el general Augusto Pinochet llegó al poder, la familia se vio obligada a huir otra vez, algunos a Londres, otros a Madrid. Tras separarse de Bracchita, Corbyn se casó este año con su tercera esposa, la mexicana Laura Álvarez.
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Pero los lazos con España y América Latina no vienen solo de dos de sus matrimonios y de la turbulenta historia de su segunda familia política. Corbyn abrazó las causas de los movimientos de liberación en toda América Latina con entusiasmo: solidaridad con Chile, solidaridad con Nicaragua, solidario con El Salvador y un largo etcétera. Mientras que muchos británicos no fueron capaces de localizar estos países en el mapa, Corbyn viajaba y trabajaba sin cansarse con grupos de exiliados en Londres para llamar la atención a su causa.
Hace algunos años, por casualidad, conocí a Corbyn en un vuelo entre Londres y Madrid. El diputado iba a recoger a uno de sus hijos que había estado con sus abuelos y, al mismo tiempo, aprovechaba la oportunidad de participar en una reunión sobre el Sáhara occidental. Me invitó y fuimos juntos a un centro cultural en el sur de Madrid donde pasamos una tarde muy calurosa con un puñado de gente para discutir de uno de los problemas más enredados del mundo. Son pocos los diputados británicos que pasarían una tarde en Leganés hablando del Polisario y buscando una solución justa para los saharauis.
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Esto es típico de Corbyn. Ninguna causa era demasiado pequeña para él. Si se trata de ricos contra pobres, poderosos contra los más débiles o los oprimidos contra los opresores, Corbyn no duda ni un minuto en tomar partido. Y siempre lo hace con buenos modales y serenidad. No le gustan nada la bronca y los insultos. Incluso sus adversarios reconocen que tiene más pinta de un santo que de un revolucionario.
Corbyn se presentó justo en el último minuto casi no tenía los avales necesarios entre los demás diputados del grupo parlamentario para ampliar el debate sobre la dirección del Partido Laborista. El último que se hubiera imaginado a Jeremy Corbyn como líder del partido laborista es el mismísimo Corbyn. Pero, como Podemos en España, su campaña ha hecho saltar chispas. Sus mítines son multitudinarios y donde los otros candidatos atraen a unas docenas, él consigue reunir a centenares de seguidores. La razón es sencilla: Corbyn ha planteado preguntas fundamentales sobre la pobreza, las desigualdades y los valores sociales que ninguno de los otros candidatos ha querido abordar porque no tienen respuestas coherentes. Tal vez Tony Blair tiene razón cuando dice que las respuestas de Corbyn son ilusorias y populistas. Pero si fuera necesario, la subida de Corbyn es una evidencia más de los cambios profundos en la política de la izquierda europea.
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