Lufthansa supo en 2009 que Lubitz había sufrido una depresión severa

Hoy se cumple una semana de la tragedia, en la que murieron 149 personas además de Lubitz, quien estrelló la aeronave de manera deliberada. La grabación de la primera caja negra reveló que se hizo con el control cuando el comandante se ausentó para ir al baño. A su regreso, el joven copiloto, que respiraba a un ritmo normal y no respondía a las llamadas de la torre de control, había bloqueado la puerta blindada e hizo caso omiso de los gritos de su superior. "¡Abre la maldita puerta!", gritaba el comandante poco antes de que el aparato de Germanwings impactara contra las montañas.

La confirmación por parte de Lufthansa de que conocía la situación médica de Lubitz llega cuatro días después de que la fiscalía de Düsseldorf (oeste de Alemania) informara de que el copiloto había recibido una baja médica por enfermedad, vigente para el día de la catástrofe, que había roto y ocultado a la empresa. Hasta hoy, se sabía que Lubitz había interrumpido su formación durante unos meses, precisamente en 2009. El presidente de Lufthansa, Carsten Spohr, rehuyó concretar días atrás a qué se debió aquel paréntesis, ateniéndose a que se encontraba bajo la prerrogativa de la confidencialidad médica.