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elcorreo.com
Miércoles, 25 de marzo 2015, 01:28
150 vidas truncadas en el aire. El de este martes fue uno de los días más negros para la aviación comercial europea que se han vivido en los últimos tiempos. El vuelo 4U 9525 de la compañía alemana Germanwings, que efectuaba el trayecto entre Barcelona ... y Düsseldorf, se estrelló en los Alpes franceses. Las primeras informaciones, muy confusas, ya hacían presagiar la magnitud de la tragedia. No pasaron muchas horas para que se confirmara lo peor: nadie habría podido sobrevivir a tan grave accidente. Los esfuerzos se centraron ya entonces en llegar al lugar, una zona montañosa de difícil acceso. Y a primera hora de la tarde se consiguió rescatar una de las cajas negras del aparato, clave para tratar de esclarecer lo ocurrido. Un día después, sólo queda rescatar a los cuerpos, esparcidos y mezclados entre el amasijo de hierros al que ha quedado reducido el Airbus A320 que, sin explicación, desapareció de los radares menos de una hora después de despegar de El Prat. Según los expertos, las tareas de identificación de los cadáveres serán duras y se podrán alargar durante días. Mientras, a las familias de los 45 pasajeros con apellidos español sólo les queda llorar a los suyos.
Aunque en un primer momento las autoridades aseguraron que el avión había despegado con 142 pasajeros a bordo, la aerolínea no tardó en confirmar que eran 144 viajeros, entre ellos dos bebés, que unidos a cuatro asistentes de vuelo y los dos pilotos, elevaban a 150 el número de víctimas. Según la lista de embarque facilitada por la compañía, había 45 personas con apellido español entre los pasajeros. Ningún superviviente. A falta de datos oficiales que revelen la identidad de las víctimas españolas, diversas fuentes aseguraron a lo largo de la tarde que entre los españoles fallecidos se encontraraban varios trabajadores de distintas empresas catalanas, directivos (entre ellos un jefe de recursos humanos navarro) y una mujer oscense que viajaba junto a su bebé.
Por su parte, las autoridades alemanas confirmaron que la mayoría de las víctimas eran turistas que volvían de Barcelona y Mallorca. También entre los fallecidos se encontraban dieciséis alumnos alemanes de intercambio que habían pasado unos días en Llinars del Vallérs, dentro de un programa de intercambio que tiene el centro educativo de esta localidad situada a 40 kilómetros de Barcelona. Los estudiantes iban acompañados de dos profesores.
Aunque todavía se desconocen las causas que pudieron provocar la tragedia y a la espera de que se analice una de las cajas negras que fue recuperada en la tarde de ayer, el portavoz de la compañía Germanwings, Thomas Winckelmann, recalcó que el aparato había cumplido todas sus revisiones, la última de ellas el pasado lunes. La aerolínea confirmó que el avión descendió durante ocho minutos antes de estrellarse, después de que se le perdiera la pista cuando volaba a 6.000 pies (unos 2.000 metros). El portavoz también ha explicado que el capitán del avión llevaba más de diez años trabajando para Germanwings-Lufthansa y acumulaba más de 6.000 horas de vuelo.
"Chatarra y cuerpos"
Mientras las primeras informaciones sobre lo acaecido comenzaron a llegar con cuentagotas, el drama recorría España, por los lugares de procedencia de las víctimas. Familiares y amigos se comenzaron a desplazar hasta la T-2 del aeropuerto de El Prat. Allí fueron atendidos por un equipo de médicos y psicólogos y muchos decidieron desplazarse en autobuses fletados por la Generalitat hasta las proximidades a la zona de los Alpes franceses, próxima a Barcelonnette. También tiene prevista hoy su llegada al lugar Mariano Rajoy, que se reunirá con Hollande y Merkel para sobrevolar el punto donde tuvo lugar el terrible suceso donde, según los que han presenciado la dantesca estampa, "sólo se divisaban pedazos de avión y pedazos de cuerpos humanos", según el diputado socialista galo Christophe Castner. "No ha quedado nada, sólo chatarra y cuerpos", aseguró a través de su cuenta de Twitter.
Las autoridades no se atrevieron durante la jornada a descartar ninguna hipótesis, incluida la terrorista, según informó un portavoz del Ministerio del Interior francés. "Van a explorarse todas las pistas, incluida la terrorista, aunque esta última hipótesis no es la prioritaria", indicó Pierre-Henry Brandet, quien explicó que el avión realizó, según los primeros indicios, una "trayectoria anormal" antes de estrellarse. Sin embargo, a pesar de que durante las primeras horas tras producirse el suceso las informaciones resultaban muy confusas, tanto la aerolínea como distintas autoridades de los tres países afectados (Alemania, España y Francia) comenzaron a investigar lo sucedido.
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