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óscar b. de otálora
Miércoles, 6 de enero 2016, 02:03
El último vídeo del Estado Islámico -en el que unos encapuchados asesinan a cinco supuestos espías británicos- ha vuelto a mostrar la barbarie sangrienta que se ha convertido en la imagen de marca de este grupo terrorista, pero también ha puesto el foco sobre uno ... de los aspectos más desconocidos de la organización: la utilización de menores en sus operaciones. En su última grabación, los islamistas han utilizado como mensajero de sus amenazas contra los infieles a un niño de cinco años -identificado por su abuelo, un taxista londinense, e hijo de una joven que huyo a Siria tras radicalizarse por Internet- . No es el primer niño que los terroristas graban entre cadáveres.
El nombre oficial que los propios miembros del Estado Islámico (ISIS por sus siglas en inglés) dan a las unidades de niños es el de 'cachorros del califato'. Se estima que está formado por un millar de menores, en la mayoría de los casos, entregados por las propias familias a los clérigos yihadistas para que se hagan cargo de su educación. Según los expertos antiterroristas, los niños son utilizados como escudos humanos y también como terroristas suicidas. Sin embargo, los analistas creen que el auténtico objetivo del Estado Islámico es radicalizar a una nueva generación de terroristas para poder tener un relevo en su base social. En este sentido, desde que el actual líder del ISIS, Abu Bakr al-Baghdadi, proclamase el califato en Siria e Irak en 2014, una de sus obsesiones ha sido mostrar que es capaz de poseer un territorio y dominarlo, lo que implica también contar con una capacidad de gestionar una demografía que asegure la continuidad de su estado imaginario.
Que los terroristas islamistas estaban utilizando menores se conoció a lo largo de 2014, cuando el propio ISIS hizo públicos vídeos en los que se veía a estos niños decapitando muñecos y juguetes de peluche, así como practicando con armas de fuego reales. En marzo de 2015, sin embargo, el Estado Islámico difundió su primer vídeo en el que un niño de apenas 12 años disparaba con una pistola en la frente a un joven acusado de ser un espía israelí. En julio, en el siguiente vídeo divulgado por el ISIS, el horror iba un paso más lejos y las imágenes mostraban a un chaval de apenas 12 años mientras degollaba con sus propias manos a un prisionero.
Lavado de cerebro
Según los estudiosos del ISIS, los 'cachorros del califato' están sometidos desde muy corta edad a un lavado de cerebro perfectamente estudiado. En las escuelas les muestran vídeos de decapitaciones y otros actos de violencia de tal forma que se acostumbren al derramamiento de sangre y lo consideren algo normal y banal. Posteriormente, se les educa con una jerarquía de valores en la que los héroes con los que compararse son los mas sangrientos asesinos del ISIS. Los expertos creen que los menores, cuando aún son adolescentes, son también sometidos a un sistema de premios y castigos en el que la fidelidad al extremismo islamista conlleva ser elevados en el rango social mientras que las dudas son penalizadas con una extremada dureza. Ya se han dado varios casos de menores que han sido ejecutados cuando pretendían desertar de las filas de los 'cachorros del califato'.
Para muchos analistas del terrorismo internacional, la utilización de menores por parte del ISIS supone un nuevo modelo con respecto a los patrones institucionales de radicalización de jóvenes que se conocían hasta la fecha. El primer sistema conocido fue el de las 'madrassas' (escuelas) creadas por los talibanes en Afganistan. En estos centros de estudios se adoctrinaba a los niños en el islamismo más radical y se les enseñaba a despreciar la vida de los infieles. Uno de los ejemplos de esta forma de actuar son los problemas de matemáticas que debían resolver los niños. En vez de cuánto tiempo tarda en llegar un tren a una estación, debían resolver cuánto tiempo tardaba una bala en llegar a la cabeza de un soldado ruso. El siguiente patrón institucional de manipulación de menores fue el de los niños utilizados como soldados por los señores de la guerra en los distintos conflictos que azotan África. En este caso se prescindía de cualquier ideologización y directamente se instruía a los niños en técnicas de guerra y se les lanzaba al frente para que matasen. El Estado Islámico ha fundido estos dos esquemas. Educa a los niños en el radicalismo islamistas más salvaje y les obliga a cometer asesinatos y a aprender a manejar armas de guerra.
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