Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
óscar b. de otálora
Sábado, 28 de noviembre 2015, 02:15
La prisión de 'Camp Bucca' toma su nombre de Ronald Bucca, un ex miembro de las fuerzas especiales americanas norteamericanas en Vietnam que llegaría a ser jefe de bomberos en Nueva York. Falleció el 11-S, atrapado en el derrumbe de la torre sur del ... World Trade Center. El Ejército utilizó su nombre para bautizar la cárcel más importante que llegó a tener en suelo iraquí y, sin quererlo, unió el destino de este héroe americano al terrorista más salvaje que hoy en día golpea el mundo.
'Camp Bucca' está considerado el origen del Estado Islámico (ISIS, en sus siglas en inglés) por un error del Ejército norteamericano. Mezcló en el mismo centro penitenciario a miembros de la resistencia iraquí, ex militares de alta graduación del régimen de Saddam Hussein y altos dirigentes de su partido, el Baath. Más de 30.000 detenidos cumplieron condena en esta prisión, ubicada en cerca de Basora, y tuvieron siete años de calma para tramar todo tipo de planes terroristas. Según han comentado recientemente un militar norteamericano, «les alimentamos, les dimos asistencia médica, les cuidamos...si les hubiéramos dejado luchando en las resistencia muchos habrían muerto y ahora todo sería distinto». Incluso al general Petraeus, uno de los más importantes militares norteamericanos por su lucha contra la resistencia afgana aunque ahora caído en desgracia por un lío de faldas, se le atribuye el haber definido 'Camp Bucca' como una fábrica de extremistas.
Si hoy en día se considera verosímil que el Estado Islámico realice ataques con armas químicas, uno de los factores que se tiene en cuenta es que en 'Camp Bucca' había generales de un Ejército, el iraquí, que había utilizado este tipo de armamento en su lucha contra Irán así como en la represión contra las kurdos. De la misma manera, si el Estado Islámico puede establecer algo parecido a un dominio territorial sobre Siria es porque en 'Camp Bucca' estaban encerrados miembros del partido Baath, el movimiento político que ayudó a Saddam Hussein a mantenerse en el poder y que se convirtió en una herramienta indispensable para ejercer el control de todo un país. En la cárcel, el ISIS aprendió a matar y a mandar.
Clérigo islamista
Pero 'Camp Bucca' es clave porque allí estaba Abu Bakr al-Baghdadi, el autonombrado califa del Estado Islámico. Este hombre, nacido en 1971, era un 2004 un miembro de nivel bajo de la resistencia contra la invasión de Estados Unidos. En cierta forma, era un producto de Saddam Hussein ya que estudió teología en una de las universidades coránicas potenciadas por el dictador cuando quiso revestir su régimen con el halo islamista. Este clérigo sólo estuvo once meses en la cárcel pero consiguió los suficientes contactos como para trepar en el escalafón tras su liberación y llegar a convertirse en el jefe de la resistencia. Cómo lo hizo es un misterio y forma parte del aura de secretismo que rodea al máximo dirigente del Estado Islámico.
Es probable que consiguiera hacerse con el poder gracias a que el máximo responsable del Al Qaida en Irak, Abu Musab al Zarqaui, falleció en 2006 en un ataque aéreo estadounidense. Zarqaui fue el otro lado de la moneda del creador del Estado Islámico. Era un matón nacido en Jordania, vinculado en el pasado el tráfico de drogas, violento, capaz de declarar la guerra a todos los chiitas y dispuesto a aparecer en vídeos decapitando a occidentales. Frente al enigma de al-Baghdadi, el único misterio de la vida de este criminal era saber cuándo le matarían. El actual líder del califato utilizó la estructura violenta que el líder de Al Qaida en Irak había creado para sentar las bases del actual Estado Islámico. El salvajismo que habían puesto en marcha ya tenía resonancias medievales. Cuando las tribus -un sector clave a la hora de garantizar el poder en la zona- fueron llamadas a unirse a la resistencia, aquellos que desobedecieron a Al Qaida fueron asesinados o sus hijas raptadas, violadas y obligadas a casarse con un yihadista para garantizar así su sumisión. Finalmente, hasta Al Qaida se separaría del grupo interno que creó el Estado Islámico.
Torturas en Abu Grahib
'Camp Bucca' sirvió para amalgamar toda esta violencia con la política, la religión y las estructuras de poder. Había sido levantada tras los escándalos de las torturas de Abu Grahib -la primera prisión norteamericana en Irak y en la que sí hubo torturas e incluso los carceleros se fotografiaron protagonizando la humillación a los presos- y quería ser una cárcel modélica. Estaba concebida para ser un ejemplo de cómo los militares occidentales trataban de forma digna a todos los prisiones, alejando así cualquier sospecha de torturas. Algunas zonas incluso estaban gestionadas por los propios prisioneros, pero, pese a todas estas medidas, también hubo acusaciones de torturas. Dentro del apoyo del Gobierno de Aznar a la coalición que invadió Irak, el Ejército español se encargó de la asistencia sanitaria de 'Camp Bucca' y llegó a tener médicos dentro de la cárcel hasta 2003, hasta que el presidente Zapatero ordenó la salida de las tropas españolas de Irak. La prisión sería cerrada en 2011.
El terror que ahora sufre Occidente y los países árabes se creó en el interior de esa prisión que quería ser un ejemplo para los iraquíes del buen trato a los detenidos. Según un militar que sirvió en ella, el coronel Kenneth Kin, cuando el califa del Estado Islámico fue puesto en libertad, se dirigió a los militares que custodiaban 'Camp Bucca' y les dijo: Os veré en New York, chicos. En su celda, Al-Baghdadi había tenido tiempo de adjudicarse una misión.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Estos son los mejores colegios de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.