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José Antonio Bobi Lozoya (Aranjuez, 1950) no es un promotor inmobiliario al uso. Se trasladó muy joven a Bilbao, donde ha forjado una notable carrera empresarial que ha cultivado con curiosas incursiones literarias. En 1984 escribió 'Momentos, pensamientos y cartas', un ensayo poético que acentuó ... su apetito literario. Publicó recientemente 'Johann: el reino de los sueños', una novela de intriga que gira en torno a un personaje discapacitado por culpa de un desafortunado accidente.
Pero Bobi Lozoya se ha ganado la vida con un arriesgado espíritu empresarial. De ahí que no le temblara el pulso al poner en marcha una agencia inmobiliaria especializada en la venta de viviendas a clientes de China. Es el primer negocio de estas características que ha echado a andar en Euskadi, aunque dispone de otra oficina enfocada al mercado de pisos de alto standing en Alameda Recalde.
Bobi se marcó un doble propósito: atender la «enorme» demanda de la amplia colonia oriental afincada en Bizkaia y abrir el mercado local a ciudadanos chinos residentes en su país que «desean invertir aquí». El empresario siempre confió en que la reforma impulsada por el expresidente del Gobierno Mariano Rajoy de conceder la residencia española a extranjeros que adquiriesen viviendas por un precio superior al medio millón de euros le ayudara a impulsar su negocio. Situado en la calle Lutxana, tiene abiertas sus puertas «a todo tipo de clientes», pero los chinos son su objetivo preferente. Basta un rápido vistazo para advertir que los servicios de arquitectos, aparejadores y decoradores se publicitan en grafía castellana y china y que la estética del local recoge abundantes guiños asiáticos con exuberantes plantas de bambú.
Bobi tendió hace ya un tiempo un «puente de colaboración» con importantes inmobiliarias de China con la apertura de una delegación en Shangai. «Buscamos exclusivas», esgrime. Además, ha intensificado los contactos con la Embajada de China en Madrid para captar clientes. «Les mandamos invitaciones y luego nos traemos cinco días a aquellas personas que desean invertir aquí», explica. El dueño de Inmogestion 2012 ha enviado a unos cuantos empleados orientales residentes desde hace años en la capital vizcaína y que hablan perfectamente español a China a fin de intensificar las gestiones y ofrecer labores de asesoría jurídica. Quiere cubrir todos los frentes.
Sabe en qué terreno se mueve. «El chino es complicado a la hora de hacer negocios. Solo se fían de ellos mismos. Las operaciones son muy duras, porque son muy supersticiosos y se niegan a cerrar operaciones si acaban en un número concreto». El inmobiliario y escritor asegura que ha colocado ya «muchos pisos. Vender se venden porque los chinos están metidos en todos los sitios. Compran también los mejores locales comerciales de Bilbao y grandes naves industriales», detalla.
Pese a ofrecer también viviendas en alquiler, Bobi asegura que este cliente se inclina, sobre todo, por la venta, con precios «de todo tipo. Vendemos viviendas de 300.000, 400.000, 600.000 y 800.000 euros. Negocio hay y, además, son buenos pagadores», concluye.
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