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Ada, la madre de la niña de 9 años hallada muerta en el domicilio familiar del barrio de Atxuri el pasado miércoles día 16, ha ingresado ya en la prisión de Zaballa, según ha podido saber este periódico. Fue detenida por la Ertzaintza hace una semana como presunta autora del homicidio de su hija, pero permaneció en el hospital de Basurto recuperándose de la intoxicación aguda de medicamentos que sufrió. Recibió el alta el martes y a última hora fue trasladada hasta la cárcel alavesa, que cuenta con un módulo para mujeres. En el penal, la interna sigue un programa de prevención del suicidio, dados sus antecedentes, por lo que estará acompañada permanentemente por otra presa.
Su otra hija de 19 años las encontró a ambas, abrazadas e inconscientes, sobre las diez de la noche del 16 de enero, cuando llegó a casa. Junto a ellas había una nota manuscrita dirigida a ella que se refería a un supuesto individuo que había obligado a la madre a matar a su hija pequeña y luego a suicidarse. Los investigadores de la Ertzaintza sospechan que la nota pertenece a Ada. La niña estaba muerta debido, presuntamente, a la ingesta de medicamentos. La madre se encontraba en parada cardiorrespiratoria y tenía cortes en los brazos como si hubiera intentado quitarse la vida.
Los sanitarios de dos ambulancias de Osakidetza lograron reanimarla y la evacuaron con vida hasta el hospital de Basurto, donde quedó ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos. Una vez que despertó y la trasladaron a planta, fue detenida por agentes del Servicio de Investigación Criminal Territorial de Bizkaia (SICTB), encargados del caso, como presunta autora del homicidio de su hija. La arrestada se negó a declarar ante la Policía autonómica, pero sí lo hizo ante la jueza de guardia, que ese mismo día se desplazó hasta el centro médico para cumplir el trámite.
Medicada, la acusada responsabilizó de los hechos a un supuesto hombre que le hablaba. Tras escucharla, la magistrada decretó su ingreso en prisión provisional, aunque esta medida no pudo ejecutarse hasta varios días después, cuando recibió el alta médica. El estado mental de la acusada tendrá que ser evaluado por forenses, que deberán valorar también su imputabilidad.
Ada, de 37 años, tenía graves problemas de salud, entre ellos varias hernias discales, por los que tomaba distintos medicamentos, que supuestamente administró también a la pequeña, a falta de los resultados de los análisis de tóxicos. Cuando la hija mayor salió de casa aquel día, sobre las cinco de la tarde, notó a su hermana pequeña somnolienta.
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