Indignación en el aeropuerto ante la falta de taxis a última hora del día

Sin un vehículo particular, las únicas maneras de salir de Loiu son en taxi, en Bizkaibus -el servicio que conecta la terminal con la capital vizcaína concluye a las doce de la noche- o en Uber, cuyos precios terminan disparándose por la alta demanda. Según explica el afectado, las colas se formaron sobre las 23.30 horas, treinta minutos antes de que terminase el servicio de autobús que se dirige a Bilbao. «La gente estaba muy mosqueada. En nuestro caso no podíamos coger ni el bus porque somos de Laukariz. Por suerte, 45 minutos más tarde logramos coger dos taxis. Pero cuando nos fuimos la cola aún era enorme», apunta este vizcaíno.

En Loiu operan taxistas de diversos municipios. El 65% de los vehículos son de la asociación Femade (la que trabaja en el propio aeródromo), pero también hay un retén que llega de otros municipios. De Bilbao, por ejemplo, cada semana van al aeropuerto 29 taxis; de Barakaldo, cuatro; de Erandio, 3; y de Sestao, dos. La flota diaria es de unos «130 coches», calculan fuentes del sector. Aunque los conductores afirman que casos como el del sábado son «puntuales», no es la primera vez que ocurren este tipo de situaciones. A mediados de junio sucedió algo similar. Cientos de pasajeros tuvieron que esperar más de una hora a que un vehículo les trasladara a sus respectivos hogares. También en Nochevieja hubo problemas para coger un taxi. Incluso hay viajeros frecuentes que dicen que no se trata de un hecho que ocurra sólo los sábados y los domingos, sino también entre semana.

Álvaro Mingallón, presidente de Femade, argumenta que los mayores problemas «se dan cuando ya no hay servicio de autobús» y recalca que «ningún cliente se queda sin taxi». «Empezamos a trabajar con el primer vuelo y terminamos cuando llega el último. Normalmente es a las 23.30 horas, pero si hay retrasos nos quedamos hasta que todos los viajeros son recogidos», añade Mingallón.

A la falta de una conexión ferroviaria entre el aeródromo y Bilbao, se suma el auge de viajeros que acoge 'La Paloma' desde hace un tiempo atrás. La sección sindical de UPTA (Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos) apunta así que la responsabilidad de las esperas «no puede recaer en los taxis». «¿Por qué no hay más autobuses? ¿Por qué Aena o la Diputación no pone medios adicionales para trasladar a los clientes?», se pregunta Txema García, portavoz de la sectorial, quien contradice que las esperas fueran tan largas -el profesional habla de «unos 20 minutos»- y dice que estos picos de clientes sólo se dan «cuando los vuelos sufren retrasos». Aena, por contra, sostiene que el pasado sábado aterrizaron un total de 14 aviones de 22 a 23.30 horas y que «no hubo grandes retrasos».

¿Y cómo se organizan los taxistas? Femade explica que «no hay un límite horario para trabajar, pero a quien le toque ir al aeropuerto tiene que hacerlo». «El control lo realizamos nosotros mismos y los chóferes siempre están pendientes de los aterrizajes», alude Mingallón. «Hay días complicados. Ahora se ha juntado el verano y hay más viajeros, pero nadie se quedó en tierra», lanza.