Encontrar mesa en cualquier restaurante vizcaíno se ha convertido en una misión casi imposible estas navidades. Las fiestas han traído lo mejor para la hostelería vizcaína, que jamás había vivido un periodo tan fértil.Serán, con diferencia, las mejores y más «productivas» de los últimos ... años. Las reservas se han disparado, especialmente durante los fines de semana, pese al encarecimiento de los platos. Sin embargo, tras la pandemia, subyace entre los consumidores un deseo de aprovechar cada momento, aplaude el sector.
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«Tras la pandemia, todo el mundo quiere disfrutar y salir a la calle», esgrime Robert Baicu, el rumano encargado de un clásico bilbaíno, el Goizeko Izarra de Gregorio de la Revilla, especializado en chuletones «No es normal lo de este año. Está habiendo un fuerte consumo e importante gasto», certifican en el Cubita de Colón de Larreátegui, que no para de recibir llamadas telefónicas. Numerosos clientes han recibido, para pesar de la propietaria, un no por respuesta. «Me llevo un disgusto cada vez que tengo que decir que no a alguien, pero no me queda más remedio porque me resultaba imposible hacer un hueco.La clientela cada vez reserva con más antelación para no pillarse los dedos», se sincera Susana Martínez. «Desde mediados de noviembre hasta el 28 de diciembre no tenemos ni un hueco disponible. No hay nada libre». señalan desde el Aizari, en el tramo final de Ledesma. «Hasta después de Reyes no vamos a tgrabajar con normalidad».
Esta situación ha llevado a la mayoría de restaurantes a colgar el cartel de completo, hasta el extremo de que muchas comidas y cenas de empresa, así como numerosas celebraciones familiares, se han adelantado, por primera vez, a noviembre, algo inusual. «Estamos llenos todos los días. El Athletic ayuda mucho. Cuando hay partido todo se llena. Este año nos están yendo muy bien las cosas y hasta mitad de enero calculamos que vamos a seguir así», reconocen.
A corto plazo, las perspectivas tampoco tienen mucha pinta de cambiar. «Queda alguna mesa disponible, pero hasta después de Navidades se va a vivir un gran colapso», coinciden responsables del Bilbao Berria y Bocoy. «Pasa todos los años lo mismo. Conseguir una reserva en la zona centro es muy complicado», sostiene el director de sala, José Antonio Ramos. «Empresas, cuadrillas, familias... Todos los clientes quieren las mismas fechas, por lo que al final se producen llenos», se justifica Ramos.
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Edu Bustamente, encargado del Miren Itziar de Atxuri, trabaja a un ritmo frenético desde octubre. «Es lo que toca por estas fechas. Son meses de locura, con una actividad muy fuerte, pero los fines de semana ya no tiene nombre por las avalanchas que recibimos», explica el encargado de este establecimiento con aires de taberna donde la merluza rebozada y el cabrito asado constituyen dos de sus principales apuestas. «Nos encontramos desbordados y así vamos a seguir, más si nos sigue acompañando el buen tiempo. Este viernes y el siguiente, el día 20, van a ser impresionantes», explica Félix Parte, propietario del Amaren y Víctor Montes, entre otros establecimientos.
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