Magdalena y Esther, dos usuarias que han participado en el recorrido para ver las luces de Navidad. Vídeo: Pablo del Caño y M. de Maintenant | Foto: Maika Salguero

«Me hace mucha ilusión ver las luces de Navidad»

Taxistas de Bilbao han ofrecido un recorrido gratuito a personas mayores de residencias para que disfruten del alumbrado

Martes, 10 de diciembre 2024, 21:00

La ilusión no entiende de edades. Es un estado emocional que se refleja en el brillo de los ojos, en la forma de hablar o incluso en los gestos. Y hoy ha sido protagonista en la explanada de San Mamés, donde más de 60 ancianos ... esperaban impacientes para ver las luces de Navidad sobre ruedas. A las 18.30 horas más de treinta taxis han recorrido Bilbao formando una caravana para que mayores de varias residencias disfruten del alumbrado.

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Han pasado por lugares emblemáticos como la Gran Vía, El Arenal o el Ayuntamiento, donde un manto de estrellas multicolor vestía cada una de las ubicaciones. Sus semblantes lo han dicho todo. El reencuentro ha estado marcado por sonrisas y expresiones de asombro minutos antes de la salida. «Me hace mucha ilusión ver las luces de Navidad», aseguraba Francisco Javier Pagola, un señor mayor que ha participado por primera vez.

Su taxista, José María García, también se ha estrenado en el evento. «Estoy emocionado. Creo que estoy más contento que ellos. Es una oportunidad para ayudarles y para que vivan la Navidad, para que se sientan involucrados en el ambiente», contaba. El recorrido les ha permitido ponerse al día y hablar sobre su época más joven, de la trayectoria profesional en Mercabilbao o de la música que bailaban en las discotecas. «Yo estas nuevas letras de las canciones no las entiendo», decía García. «¿Pero, no las bailaba usted, jefe?» bromeaba el taxista. En el asiento de atrás también le acompañaba María del Puy, su cuidadora, que ha destacado que «es una experiencia bonita para acompañarles y salir de la rutina».

Un regalo mutuo

Los vehículos se han engalanado para la ocasión con espumillón y luces. Y para animar el recorrido, algunos han puesto villancicos como banda sonora. Los coches se han desplazado a una velocidad lo más reducida posible para que los mayores se pudieran fijar en todos los detalles del alumbrado. La experiencia ha sido un regalo, y la ilusión también se ha palpado en los taxistas voluntarios que se han volcado para que la jornada resulte entrañable. «Es muy bonito porque nos permite sentir la conexión entre el taxi y la ciudadanía de Bilbao, concretamente, con las personas más vulnerables», añadía Juanjo Aranoa, otro de los profesionales del gremio que llevaba a varias señoras.

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Los taxistas intercambiaban pitidos, saludos y sonrisas con el resto de compañeros y ancianos a medida que avanzaba la ruta. En uno de los coches miraban expectantes por la ventana Esther y Espe, amigas de 90 y 94 años, que han aprovechado el rato de desconexión para comer mazapanes y polvorones mientras disfrutaban del espectáculo lumínico. «He aprendido mucho de ellas», aseguraba el conductor. El peso de los años, los problemas de movilidad y las diversas circunstancias de los mayores no han impedido que disfruten de un momento mágico.

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