De primeras no parece un desembarco deslumbrante: Ikerlan va a abrir una oficina con una veintena de personas en el Auzo Factory de Matiko, centro municipal ideado para dar cobijo a jóvenes con vocación emprendedora y que está poco saturado. ¿Por qué darle entonces tanta ... importancia a la suave llegada a Bilbao del centro tecnológico de la Corporación Mondragón, anunciada por el Ayuntamiento esta mañana? Por lo que tiene de carácter simbólico y de promesa de futuro.
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Lo del carácter simbólico tiene que ver con el hecho de que el conglomerado cooperativo guipuzcoano esté dando un paso más para superar corsés territoriales, acercándose al motor económico de Euskadi. Es importante tanto para el crecimiento de Mondragón como para que Bilbao avance en su plan de crear un entorno propicio para la generación de riqueza vinculada con la innovación, la tecnología y el talento.
Lo de la promesa de futuro se refiere a que los planes de Ikerlan sí parecen ambiciosos porque aunque empiece con veinte personas en Matiko (arrancará el mes que viene) el objetivo que ha avanzado hoy es que a medio plazo llegue a congregar a un centenar de profesionales. Y que acoja ese crecimiento no el Auzo Factory, sino el parque tecnológico de Zorrozaurre, que al fin parece tener visos de ser algo más que una quimera. «Este es el primer paso que damos en Bilbao», aclara Ion Etxeberria, director general de Ikerlan. «En cuatro o cinco años» multiplicarán por cinco su plantilla inicial de investigadores (muchos de ellos ya residen en Bilbao) y ese crecimiento todo apunta a que se consumará en la isla, «donde nos gustaría instalarnos porque Ikerlan encajaría allí muy bien».
Como para reflejar que la cosa sí va en serio, la llegada del centro tecnológico guipuzcoano ha sido anunciada con un acto formal en el Salón Árabe del Ayuntamiento, donde el alcalde, Juan Mari Aburto, y el director general de Ikerlan, Ion Etxeberria, han firmado hoy un acuerdo de colaboración para el uso de las instalaciones de Matiko, que la Administración cede a la empresa. También ha estado Iñigo Ucín, presidente de la Corporación Mondragón; Bixente Atxa, rector de Mondragón Unibertsitatea; Xabier Ochandiano, Concejal de Desarrollo Económico, Comercio y Empleo; y Mikel Álvarez, uno de los puentes de conexión más eficientes entre el Consistorio y el grupo cooperativo tras haber ostentado altas responsabilidades en ambos ámbitos.
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Hay que tener en cuenta que Ikerlan no es un agente cualquiera: tiene una trayectoria de casi medio siglo y cuenta con 400 personas dedicadas a la investigación (ciberseguridad, inteligencia artificial, computación cuántica...). Justo lo que quiere Bilbao. Dice Aburto que lo que pretende el Ayuntamiento es «facilitar la llegada a nuestra ciudad de empresas que contribuyan a enriquecer el tejido económico de la villa con innovación y talento». De ese modo la ciudad se refuerza «como un destino atractivo y competitivo para invertir, investigar y generar empleo de calidad sobre todo en las personas jóvenes. Nuestro objetivo es ayudar a atraer, retener y desarrollar talento y sabemos que Ikerlan tiene todos esos alicientes».
La nueva sede albergará proyectos tecnológicos tanto de generación de conocimiento como de transferencia a las empresas en los ámbitos de especialización de tecnologías digitales, energía e industria inteligente. Ahora Ikerlan tiene centros en Galarreta (Hernani) y en Mondragón (su sede central e histórica).
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Para el director general del centro tecnológico, Ion Etxeberria, el objetivo es doble. «Por un lado buscamos reforzar la colaboración y la transferencia de tecnología a las empresas de Bilbao y su entorno, desde una mayor cercanía». Se busca, pues, más proximidad a los clientes porque Ikerlan colabora ahora con más de 60 empresas de Bilbao y de Bizkaia, dedicadas fundamentalmente a los sectores de la energía, la movilidad, la fabricación, la electrónica y las TICs. Por ejemplo, Ingeteam, Accenture, Iberdrola, Arteche, Arcelor Mittal, Batz, Cikautxo, Maier, Osatu, ZIV Automation, Metro Bilbao, Bridgestone, Sener o Sidenor. También ha colaborado en el desarrollo de infraestructuras clave como el Metro de Bilbao, el aeropuerto de Loiu o el tranvía de Bilbao.
Por otro lado Etxeberria ha apuntado que se pretende «impulsar el desarrollo y atracción de talento tecnológico en colaboración con las principales universidades que desarrollan sus actividades desde la ciudad». Y para eso hay que estar aquí. En estos momentos se forman en Ikerlan un centenar de estudiantes provenientes de más de diez universidades que constituyen una importante cantera de talento tanto para el propio centro como para las empresas con las que colabora. Aquí Aburto también incidió en la relevancia de la dimensión docente en la medida que el plan municipal es avanzar en la construcción de una ciudad universitaria. Prueba del vigor del centro tecnológico que abrirá sus puertas en Bilbao en algo más de dos semana es que en 2022 incorporó 60 profesionales a su plantilla, un 30% de los cuáles provenía de fuera de Euskadi.
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En cuanto a su facturación, el año pasado alcanzó los 28 millones de euros y cuenta con un Plan de Especialización Tecnológica que incluye la captación de 50 millones para proyectos de investigación en sus tres líneas de especialización hasta 2025. El tiempo dirá qué protagonismo va a tener Bilbao en todo esto.
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