Este domingo fue una jornada feliz para la diócesis de Bilbao, «un día de júbilo», en palabras del obispo, Joseba Segura, pero con un fondo de inquietud. La Iglesia recibió a tres nuevos curas, que vivieron su ordenación presbiterial en la catedral de Santiago, prácticamente ... desbordada de feligreses. Bizkaia cuenta ya con tres nuevos sacerdotes. Se trata de Juan Reyero, Gorka Campos y Marco Antonio Muñoz –madrileño, bilbaíno y ecuatoriano, respectivamente– que pasan a formar parte del grupo de los 180 curas diocesanos. El dato preocupante es que por primera vez en sus 75 años de historia, la diócesis de Bilbao estará por debajo de los 200 sacerdotes.
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Hubo un tiempo en el que los seminarios vascos contaban a sus alumnos por centenares. En 1966 había 537 seminaristas en Bilbao, 453 en San Sebastián y 403 en Vitoria. Ahora mismo, y con la ordenación de los tres nuevos presbíteros, el seminario de Bilbao queda con dos seminaristas. La sociedad ha cambiado mucho. Las vocaciones andan en mínimos históricos, hay menos creyentes y quienes creen pueden hacerlo en todo tipo de religiones o profesar una espiritualidad personal 'a la carta', que no exige mayores compromisos con una iglesia o confesión de ningún tipo. Hay católicos que nunca van a misa o, como decía un párroco vizcaíno, «solo pasan por la iglesia el día del bautizo, la primera comunión, cuando se casan y en su funeral».
Como señala la propia diócesis, los tres nuevos sacerdotes destacan por su juventud -Reyero tiene 35 años-. Pero la cuestión es que la media de edad de los presbíteros de la Iglesia en Bizkaia es de 70 años y el relevo generacional parece complicado, ante la falta de vocaciones. Según comentaba el propio obispo recientemente en Radio Popular-Herri Irratia, esta situación es un reflejo de la «pérdida de referencia religiosa». «Muchas personas no comparten la experiencia de los aitites y las amamas y, para ellas, Dios no es importante. Esto nos plantea la necesidad de pensar y de resituarnos, y de no añorar lo que fue y ya no va a volver, sino de construir algo que, realmente, sea diferente y que sea futuro».
En la ceremonia de este domingo, el obispo hizo alusión en su homilía a los desafíos que afrontarán los tres nuevos sacerdotes con el «planteamiento de vida radicalmente distinto» por el que han optado. Reiteró que se trataba de un día de júbilo, pero también de «compromiso y de entrega».
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«El sacerdocio sin entrega está vacío», subrayó, y mencionó a varios curas notables cuyo denominador común fueron las condiciones hostiles en las que realizaron su labor pastoral, como Juan María Vianney (1786-1859), conocido como el cura de Ars; el cardenal Óscar Romero, asesinado en 1980, y Guy Gilbert, nacido en 1935 y aún en activo, conocido como «el cura de los pandilleros, en París. Un sacerdote que no esperó a que los jóvenes vinieran a la Iglesia, sino que salió a buscarlos a las calles».
«Gorka, Juan y Marco –les dijo Segura–, el ministerio que hoy recibís, os desafiará. La indiferencia religiosa, la secularización, la desconfianza hacia la Iglesia, son realidades que afrontaréis».Pero «no todo van a ser cruces. Os llevaréis sorpresas que alimentarán vuestro sacerdocio. Experimentaréis profundas alegrías».
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