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El obispo de Bilbao, Mario Iceta, admitió ayer que hay demasiadas iglesias abiertas al culto en la capital vizcaína. «En Bilbao hubo 16 parroquias y hoy son 62. Son muchas». Durante un desayuno de trabajo celebrado por la Asociación de Directivos y Profesionales de ... Euskadi (ADYPE), el prelado añadió que «no puede haber una cada cincuenta metros, con veinte fieles en cada templo». En esa línea abogó por «juntar alguna» y señaló que «las que están ubicadas en bajeras tienen poco futuro porque implican unos gastos muy altos de la comunidad correspondiente para fachadas, ascensores o tejados».
Iceta aludió incluso a la última venta realizada por la diócesis en abril, cuando cerró el traspaso de la parroquia de Cristo Rey a un grupo de industriales orientales afincados en Cantabria. «Quitamos una y parece que se arma mucho lío, pero es que levantar la persiana de una parroquia cuesta cada día unos 30 euros, entre consumos mínimos de agua y luz, además de otros». Todo apunta a que habrá nuevas desamortizaciones, que el obispo no llegó a concretar y que se deben a la menor afluencia de fieles a los templos. «El 56% de los vizcaínos se declara hoy católico, son casi 40 puntos menos que hace unos años», recordó. Es reseñable que «no han crecido otros credos, que siguen en torno al 5%, sino el agnosticismo y el ateísmo».
Lo cierto es que tampoco resulta fácil encontrar sacerdotes para atender las 296 parroquias que hay en Bizkaia y que alcanzan la cifra de 600 templos si se suman las ermitas. «La diócesis cuenta con 260 curas. Hace años había más de 1.000 y unos 800 seminaristas, mientras que hoy tenemos 9 personas en el seminario». La edad media de los religiosos provoca que no todos ellos se mantengan en activo. «De los 260 sacerdotes, sólo habrá unos 80 que tienen menos de 70 años». «No podemos darle a cada uno cuatro parroquias», expresó.
«¿Qué tiene que ver la Iglesia con los dineros? Que hacen falta para dar servicio», se respondió Iceta antes de pasar a un coloquio en el que se sometió a las preguntas de la empresaria y presidenta del Eibar, Amaia Gorostiza. «La Iglesia no es una empresa, por su naturaleza espiritual, pero hay elementos económicos». Negó la comparación de la figura del obispo con «un consejero delegado de una matriz en el Vaticano» porque «el Papa es más un hermano mayor y cada obispo, la autoridad en su diócesis». Detalló las cuentas porque «no tenemos nada que ocultar. Hemos hecho una auditoría total que se puede consultar en la web».
La Iglesia vizcaína maneja «un presupuesto de 33 millones de euros y se autofinancia al 87% con aportaciones de fieles y con la 'X' en el IRPF. Un tercio de los vizcaínos la marca». Iceta esbozó un objetivo ambicioso: «Queremos reducir la deuda en cinco años y alcanzar la autofinanciación al 100%».
«Un cura cobra entre 850 y 950 euros y el obispo recibe 1.250 euros. En el caso de los laicos es algo más porque tienen familia y se asemeja a un profesor de Secundaria».
Entre las partidas más abultadas pueden verse los dos millones de euros que la Iglesia vizcaína destinó a paliar el terremoto de Ecuador, el alquiler gratuito de la mitad de las 260 casas curales para personas en exclusión o los tres millones que destina cada año la diócesis a «conservar para nuestros nietos el patrimonio monumetal y artístico, que es de todos».
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